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En absoluta sintonía con las tradiciones, el emblemático tamborilero de Peñaparda, “Txebe”, vuelve a lanzarse a las calles tras un periodo en el que ha podido recordar, a puerta cerrada, canciones ya casi olvidadas, pero no hacer que el viento transmitiera con libertad su música por los pueblos salmantinos.
–¿Cómo comenzó su afición?
–Llevo 25 años tocando, desde el 96. Todo empezó porque mi madre bailaba danzas charras, mi abuelo bailaba, y yo quise aprender no solo a bailar, sino también a tocar. Aprendí en Salamanca con un tamborilero que se llama Amador Martín Regalado, natural de Muñoz, que a día de hoy tiene 92 años. A partir de ahí he ido sumando a mi repertorio lo que he ido encontrando.
–¿Recuerda su primera actuación?
–La viví bastante nervioso, porque nunca sabes cómo van a salir las cosas, o cómo vas a reaccionar, piensas: “a ver si me equivoco...” La hice con el grupo Charrería de la Casa de Salamanca de Leganés. Con el tiempo te vas acostumbrando. Ya no tengo esa sensación como tal, pero si me pregunto cómo va a salir.
–¿Con qué actuación se quedaría?
–Recuerdo sobre todo una que hicimos mi pareja y yo en Asturias, en un festival que organizaron, estuvimos allí con otros grupos. Es un fin de semana que recordamos con mucho cariño. Al fin y al cabo es lo que luego nos queda, los momentos que recordamos así.
–¿Qué ha supuesto la pandemia para esta actividad?
–El no poder salir a compartir con el público aquello que tanto te gusta hacer. Al tener más tiempo en casa, eso sí, ensayas más. Por ejemplo, toqué canciones que hacía tiempo que no tocaba. También hubo gente que grabó canciones en vídeo para que los demás las vieran, se crearon grupos en las redes sociales para animar, que al menos la música no faltase. Me acuerdo de que la última vez que toqué antes de la pandemia fue para Las Águedas en Serradilla del Arroyo, y desde ahí, hasta este año, hemos estado año y medio en dique seco.
–¿Cómo se presenta ahora la agenda?
–Próximamente ya hay a la vista varias cosillas, y siempre gusta poder tocar después de tanto tiempo, aunque al igual que digo tocar, digo cualquier otra actividad de las que disfrutamos todos y hasta hace poco no hemos podido hacer. Se coge con ganas y con ilusión.
–¿Alguien ha seguido sus pasos y enseñanzas?
–He dado clases alguna vez, cuando vivía en Leganés, a gente de Salamanca. Al venirme aquí no sé si han seguido con la actividad. Aquí también he dado alguna clase de pandero. A la gente le gusta, no se va a olvidar esta cultura tradicional, y es importante no guardar este conocimiento para ti, para que no se corte la cadena.
–¿Persiste el interés y por lo tanto el legado del folklore?
–Creo que hay mucha gente interesada en el folklore, aunque va por épocas, pero hay más gente de la que se piensa. El problema es que nuestra música no está tan presente en los medios de comunicación como otra, que parece que esté hasta patrocinada. Hay muchísima gente joven que toca y que baila, y no dejan de ser nuestras raíces. Vamos a nuestra tierra y nos llega la cultura arraigada a ella.
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