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Santiago de la Puebla ha conseguido este sábado una tradición que hasta hace años dominaba en prácticamente todos los pueblos de España. Varias personas se reunieron junto a la puerta de la iglesia de Santiago Apóstol al mediodía, por iniciativa de la asociación sociocultural Ermita de San Blas, con el fin de recorrer las calles a ritmo de matraca. Uno de sus principales impulsores fue Mateo Arias Conde, quien hizo llegar a la localidad numerosos ejemplares de este instrumento de giro.
Matracas, carracas, carraclas... cambiaron el habitual silencio de las calles de esta localidad salmantina por un sonido que hacía tiempos que no se sentía. Hace unos años se dejó de usar la carraca para avisar a los oficios en los días centrales de la Semana Santa, o lo que es lo mismo desde el Gloria del Jueves Santo hasta el del Domingo de Resurrección.
En localidades como Palaciosrubios o Villaflores también se guardan carracas en los desvanes de algunos hogares. Un ejemplo son las que custodia en su merendero el beleguino Natalio Cuadrado. En lo alto de las torres de estas iglesias se solía hacer sonar un carracón de grandes dimensiones. Venía a sustituir a las campanas como instrumento para alertar a los vecinos de que iban a celebrarse cultos o actos religiosos.
Mateo Arias es un vecino comprometido con las tradiciones, amante de su pueblo, que goza además de privilegiados conocimientos acerca del patrimonio y el arte que atesora Santiago de la Puebla, principalmente en el interior de su imponente templo de arquitectura gótica y características catedralicias. Su pasión por las tradiciones le ha conducido a recuperar la costumbre de hacer sonar las carracas el Sábado Santo en Santiago de la Puebla.
Un sonido atronador partió desde la puerta de la iglesia parroquial para recorrer las diferentes calles de la localidad. Este sonoro paseo fue haciendo salir a la calle a los habitantes del lugar y a su vez despertó el interés por conocer más a fondo el instrumento, la tradición y el sentido de esta costumbre. También el carraqueo tuvo el poder de despertar recuerdos del pasado, entre los cuales se encontraban nombres de personas que se encargaban de fabricar estos instrumentos.
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