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Un vecino de Topas utilizando el cajero instalado por el Ayuntamiento. EÑE
El remedio para que los pueblos olvidados dispongan de dinero en efectivo

El remedio para que los pueblos olvidados dispongan de dinero en efectivo

Los vecinos acogen de forma positiva los cajeros municipales. Entre otros aspectos, evitan viajes que les cuestan más dinero en combustible que la comisión que les pueden cobrar

TEL

Martes, 2 de agosto 2022, 18:17

La puesta en marcha de los cajeros municipales ha tenido una notable acogida en los pueblos donde se instaló y prueba de ello es Topas, uno de los primeros en hacerlo, donde su alcaldesa, Julia Rivas, muestra su satisfacción por poder ayudar a sus vecinos. “Funciona de maravilla y en verano más”, explica la regidora, que recuerda su enorme malestar cuando se le notificó el cierre de la única entidad de ahorro que tenía el pueblo.

“Beneficia a todos porque evita traslados ya que el cajero más próximo está a trece kilómetros en Calzada y tenemos a mucha gente mayor que, además, durante la pandemia, no podían recibir la visita de los hijos que estaban fuera. Me dio rabia y dolor cuando cerraron porque la entidad llevaba cuarenta años aquí y gracias a esa gente de 70 u 80 años que pidieron hipotecas para maquinarias, para sus casas, se abrió la entidad y, cuarenta años después los dices, ahí te quedas”.

Consiguió que la comisión que se cobra por la transacción, que es de 1,35 euros, fuera menor que el coste de ir a Calzada sólo para acudir al cajero porque hay que calcular el coste del gasóil (y eso que cuando negoció no estaba a los precios actuales). La idea del coste del traslado la comparte Antonio Agustín Labrador, de San Esteban de la Sierra, donde el cajero más cercano está en Linares, a una distancia de unos doce kilómetros. Después, hay que irse a Guijuelo o Béjar si se quiere sacar dinero, pero entre la llegada del bibliobús, cuando le toca la ruta, o el cajero impulsado desde el Ayuntamiento se satisface con creces la necesidad. Funciona tan bien el cajero municipal de San Esteban que en sólo medio mes de diciembre pasado, según explica el alcalde, se retiraron del cajero más de 15.000 euros en 52 transacciones. San Esteban cuenta con diversos negocios entre bodegas, empresas cárnicas o de hostelería y la disponibilidad de dinero era imprescindible. Lo mismo en Topas, donde recuerda la alcaldesa que las tiendas no estaban adaptadas en muchos casos al pago con tarjeta ni la gente mayor acostumbrada al uso de las tarjetas. Por eso, aunque en las ciudades y grandes capitales se vea que el dinero en metálico tiene poco futuro, en los pueblos olvidados por los bancos aún es un elemento imprescindible para el día a día.

Un problema hasta para los peregrinos

La alcaldesa de Valverde de Valdelacasa, Mari Cruz Blanco, pone de manifiesto otra deficiencia que implica la falta de bancos y cajeros en los pueblos: la necesidad de los peregrinos de sacar dinero. En su caso, se ha dado la situación de que algún peregrino ha necesitado dinero y ha tenido que ir en taxi a Guijuelo o Béjar para poder sacarlo “y son 40 euros que con eso pagan el albergue y la cena”.

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