Borrar
El público del festival espera el inicio de una actuación en el festival.
El primer gran festival musical de España se celebró en... Fuenteguinaldo

El primer gran festival musical de España se celebró en... Fuenteguinaldo

Woodstock era sin duda la referencia: de hecho se organizó justo diez años después. Mucho antes que el FIB, que el Sónar, que el Arenal Sound y que el Viña Rock, 20.000 espectadores llegados de varias regiones de España y Portugal vivieron en Fuenteguinaldo el primer festival masivo de rock ‘en campo abierto’ de la historia en España. Un documental recuperará los recuerdos de aquella cita histórica

Domingo, 28 de agosto 2022, 19:33

Quienes lo disfrutaron lo recuerdan hoy como un acontecimiento inolvidable. Entre los que se subieron al escenario hay quienes sonríen al evocar aquello, y habrá más de uno que no se acuerda de nada. Eran tiempos de euforia, de ruptura, desafío y también de química, pero de la química peligrosa. Hace 43 años que Fuenteguinaldo fue por una noche la capital europea de la música en el Festival de la Luna Menguante, un acontecimiento que marcó un hito en la historia de los festivales de este país.

Por entonces la referencia era el Canet Rock, en la localidad barcelonesa de Canet de Mar, una cita musical mítica y reivindicativa. Un joven emprendedor guinaldés, Francisco Sánchez Durán, que trabajaba en Barcelona y tenía contactos en el mundo del espectáculo se dijo: “¿Y por qué no hago algo así en mi pueblo?”.

Uo de los carteles anunciadores de la cita .

Francisco pensaba a lo grande. Contactó con Julio Murillo, periodista musical de referencia en la revista “Vibraciones”, que se sorprendió con aquel proyecto: un gran festival, muchas bandas y músicos, gran infraestructura, zona de bebida y comida, recinto de acampada... Y todo en campo abierto. La zona elegida fue “El Guardao”, la dehesa boyal del pueblo, un ancho prado de uso ganadero a dos kilómetros del casco urbano. Aquello, salvando las distancias, tenía aroma a Woodstock, el mítico festival de música que reunió en agosto del 1969 a cerca de medio millón de asistentes.

En Salamanca y en España no se conocía nada parecido. El primer antecedente registrado, con Franco aún vivo, fue el gran concierto celebrado en Burgos en julio de 1975 que pasó a la historia como el ‘Festival de la Cochambre”, debido a un desafortunado titular de “La Voz de Castilla” Aquella fiesta del rock, los hippies y los porros había reunido a unas 4.000 personas, además de escandalizar a los burgaleses. Pero el emprendedor guinaldés miraba mucho más alto.

Paco Sánchez Durán alquiló los equipos de sonido de una empresa de Barcelona, Sonoservei, en la que estaba al frente Santi Sardá [uno de los hermanos del periodista Xavier y la actriz Rosa María]. Las enormes dimensiones de aquellos trailers impactaron en los guinaldeses, que nunca habían visto nada igual. Las crónicas contaron que hubo que derribar alguna pared para que pasasen por las calles. Serían nada menos que 200.000 watios de sonido y 30.000 de luz. “Para la logística y la seguridad no se contrató a nadie: se ocuparon vecinos del pueblo”, cuenta Sergio Pérez Vegas, periodista y responsable del documental que prepara la productora de Ciudad Rodrigo Stellarum Films. El proyecto audiovisual, actualmente en fase de producción y en busca de financiación, reúne testimonios de protagonistas y material gráfico para reconstruir el recuerdo colectivo de un evento que hizo historia en Salamanca, pero del que se conocen muy escasas imágenes.

Se vendieron 13.000 entradas a 400 pesetas, pero la cifra real de asistentes se estimó en 20.000

Pese a l a colaboración del Ayuntamiento de Fuenteguinaldo, muchos lugareños temían lo peor en la comarca, desconfiados ante aquella invasión de presunto libertinaje. Llegaron en autocares y en coches particulares desde Salamanca, Cáceres, Valladolid, Burgos, Zamora, País Vasco y también de la vecina Portugal, representada con dos artistas en el cartel. No faltaron los problemas: las marcas comerciales que suministraban la bebida se negaron a ceder cámaras frigoríficas. Hubo que improvisar grandes ‘piscinas’ de paja sobre las que se vertió la bebida cubierta de hielo y más paja por encima. De los dos bares del pueblo, uno decidió cerrar por si acaso. El otro vendió aquel día hasta la comida y las bebidas alcohólicas que tenia en casa la familia.

Oficialmente se vendieron 13.000 entradas a 400 pesetas, pero la cifra real de asistentes se estimó en unos 20.000. Se habilitaron tickets especiales para quienes abandonaban el recinto con la intención de volver, pero muchos optaron por revender estos tickets antes de irse a casa.

Rodaje del documental en la campa “El Guardao”.

“Tiendas de campaña, mantas y sacos de dormir, junto a las botellas de vino o licor, los bocadillos y el ‘chocolate’, constituían el principal equipaje de los viajeros”, escribió María del Mar Rosell en la crónica de ‘El País’, y que daba cuenta del intenso frío que azotó aquella noche de verano “El Guardao”: el mercurio bajó hasta los ocho grados. Hizo tanto frío que el personal que atendía el bar intentó combatirlo con los brebajes que despachaban hasta que la noche “les confundió”.

Los artistas fueron pasando por el escenario. Por allí desfilaron figuras míticas del rock nacional, como Max Suñé y Kitflus, de Iceberg, Alejo Stivel y Ariel Rot, de Tequila. La actuación del grupo hispano argentino fue tal vez el momento culminante de la noche: disfrutaban de su techo de popularidad tres publicar su segundo disco y bailar aquel “Rock and Roll en la plaza del Pueblo” era lo mejor para sacudirse el frío. Amanecía cuando Lole y Manuel interpretaban “Nuevo día” [El sol, joven y fuerte, ha vencido a la luna...], un momento que muchos asistentes aún recuerdan como ‘mágico’. Los que aguantaron hasta entonces esperaban a Triana, pero al parecer ya no eran horas. Al organizador -que ha declinado la invitación a participar en el documental- no le pareció que fuera ya momento para actuar, ni para pagarles las 650.000 pesetas de caché, el doble que cualquiera de los otros artistas.

Los testigos de la Luna Menguante se dispersaron poco a poco. La Guardia Civil desplegada de forma preventiva no tuvo que intervenir. Incluso felicitaron a los organizadores por el éxito del festival.

Sigues a Roberto Zamarbide. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca El primer gran festival musical de España se celebró en... Fuenteguinaldo