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Ir a comprar en la tienda del pueblo es posible nuevamente en El Pedroso de la Armuña tras cuatro meses sin comercio. Este martes fue un día de alegría en esta localidad salmantina, que cuenta con menos de cien habitantes en invierno, porque abrió las puertas un nuevo establecimiento de alimentación. La iniciativa de acondicionar un local y ponerlo en alquiler en condiciones ventajosas fue del Ayuntamiento de El Pedroso de la Armuña y el joven Pedro Maldonado, llegado de fuera del pueblo, se animó a dar vida a este nuevo negocio local.
El nuevo comerciante ya gestionaba antes el bar municipal de Sepulcro Hilario y, más tarde, contó con una frutería en la zona de la avenida de Portugal de la capital charra. Cuenta que se enteró por un conocido que buscaban alguien para gestionar este nuevo bazar de alimentación y productos básicos y se animó a presentarse para gestionarlo.
Ángel Gómez Carrasco, alcalde de El Pedroso, explica que la idea “surgió pensando qué sucedería cuando la tienda anterior cerrase por jubilación”. “Tal y como va el mundo rural con la despoblación, si no nos preocupamos los alcaldes de hacer algo en la medida de nuestras posibilidades, los pueblos acaban muriéndose por falta de servicios, ya que tenemos en contra a quien dirige las instituciones que deben apoyarnos”, detalla el regidor.
Por dicha razón, compraron un local que pertenecía a la cooperativa agrícola para destinarlo a este fin. En cambio, no pudieron evitar que el pueblo se quedara sin tienda durante unos meses porque “la señora que tenía la tienda se jubiló anticipadamente y nos pilló por sorpresa”, relata.
El nuevo comerciante local de El Pedroso se muestra muy satisfecho y orgulloso de su elección. Además, según reconoce, ayer la acogida fue generosa, ya que los vecinos acudieron a realizar sus compras.
“Una tienda en el pueblo es esencial,porque aunque se puede comprar fuera y traerlo, siempre son necesarios los productos de primera necesidad y hay personas que no tienen posibilidad de salir de aquí”, opinaba un cliente.
Pedro Maldonado, que cuenta con una previa experiencia rural, dice que le han ofrecido la posibilidad de gestionar muchos negocios en pueblos. “La historia es que luego la gente es como es, hay a quienes están a favor y a quienes no les hace mucha gracia”, lamenta.
Otro de los problemas que hay a la hora de elegir un pueblo es la vivienda. “A mí me ha costado mucho encontrar una casa para vivir porque no se encuentran de alquiler, por suerte he conseguido una”, detalla.
Para Pedro, vivir en el pueblo es un privilegio por su tranquilidad. “La gente está olvidando los pueblos, pero es que se vive muy tranquilo y a gusto. Aquí soy feliz y, además, estamos a un paso de Salamanca”, argumenta. De momento, abrirá sus puertas de lunes a sábado, en horario de mañana. En verano piensa abrir también por las tardes, ya que la población aumenta hasta el millar.
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