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Los jóvenes arrebatan las varas a los alguaciles para provocar al “perrero”
El icónico “perrero” despide el año a zurriagazos en Nava de Francia

El icónico “perrero” despide el año a zurriagazos en Nava de Francia

La localidad vive una tradición única en la que un personaje plagado de simbolismo pagano revoluciona al pueblo, persigue a los mozos e irrumpe en las casas

Sábado, 31 de diciembre 2022, 15:46

Entre la fiesta religiosa más famosa, la Navidad, surge cada año una pagana igualmente conocida en el municipio de Nava de Francia, una tradición secular que gira en torno al “perrero”, un personaje junto al cual los vecinos despiden el año. Esa transición simbólica entre lo viejo y lo nuevo cobra vida a través de esta figura que durante el día 31 de diciembre blande un látigo con el que persigue a los mozos del pueblo, y recorre cada casa persiguiendo a niños y recibiendo pastas y licores de los anfitriones.

Esta original fiesta encuentra su origen en las mascaradas, y junto a este divertido personaje caminan dos mayordomos portando sus varas, además de un tamborilero que acompaña el recorrido. Todo comienza la noche anterior, en la que, tradicionalmente, “perrero” y alguaciles se iban de juerga toda la noche, haciendo sonar las campanas, bebiendo y lanzando petardos para, sin haber dormido, comenzar temprano su ronda por la mañana llamando a las puertas para ser invitados a algo.

Primero vagan por El Casarito, y después por Nava de Francia. “A medida que van recorriendo las casas se les va uniendo gente”, matiza el concejal de Festejos, Javier Peña. La vestimenta del “perrero” resulta especialmente llamativa: “Siempre viste una camisola larga, lleva cencerros en un pie o en la cintura, para que se le oiga; un collar hecho de agallas...”, explica detalladamente.

Tradicionalmente los alguaciles que le acompañan se elegían entre los dos últimos hombres que habían contraído matrimonio en el pueblo. Ahora, al igual que el “perrero”, sencillamente se eligen. Los petardos siguen restallando durante la mañana del día 31 al paso de esta figura socarrona, que no duda en perseguir a los mozos, látigo en mano, cuando tratan de arrebatar las varas a los mayordomos.

Una cruz de madera rústica, y las varas hechas de zarza rematadas con un ramo de flores, forman parte de los elementos que envuelven esta fiesta que consiste, en el fondo, en despedir el año. “Las agallas simbolizan la regeneración de la naturaleza, y la fiesta es una forma de recibir el año”, señala el concejal.

La riqueza de esta tradición es tal que incluso se ha mantenido, con el paso implacable del tiempo, la canción que a menudo se entona para el “perrero”, y que los vecinos de Nava de Francia conocen bien, aunque suelen reducir a un par de versos: Perrero machuquero, macha el ajo en el mortero”. A este son y en un ambiente de gamberrismo y jarana, el “perrero” corre detrás de la juventud y hace a los niños esconderse cuando entra en sus hogares, niños que reciben con entusiasmo esta inusitada visita, tan esperada como la de los mismísimos Reyes Magos, y especialmente risueña.

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