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Viernes, 3 de enero 2020, 11:03
Cuando se habla de despoblación, casi todo el mundo piensa en pequeños municipios en los que la mayoría de casas están cerradas y habitadas por personas ancianas. Sin embargo, la realidad del problema en la provincia salmantina va mucho más allá. La prueba está en que son las cabeceras de comarca de Salamanca las que encabezan la pérdida de habitantes y concretamente dos por encima de todas: Béjar y Ciudad Rodrigo.
La localidad bejarana perdió el año pasado 222 vecinos, por lo que se quedó en 12.961, una cifra muy alejada de la que tenía en los años 90, cuando estaban empadronadas más de 16.000 personas. En poco más de 20 años ha perdido un cuarto de su población. La ausencia de salidas laborales que trajo consigo la agonía del sector textil ha provocado que muchas personas abandonasen la población. Ciudad Rodrigo también muestra una tendencia preocupante, aunque no llega hasta el punto de Béjar. El año pasado cerró con 12.344 habitantes, 169 menos. Atrás quedan los años en los que rozó los 15.000. Una tendencia a la baja que viene desde hace años, solo interrumpida por breves periodos de estabilización.
Peñaranda de Bracamonte, Vitigudino o Ledesma son otras localidades que han sido referencia de los pueblos de alrededor y cuyo futuro a corto plazo, a la vista del pasado más reciente, no resulta demasiado halagüeño. Un caso interesante es del Peñaranda, una de las pocas cabezas de comarca que había esquivado los descensos a finales de los 90 y principios del siglo XX. Sin embargo, desde 2008 ha comenzado a perder población al igual que el resto.
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