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Miércoles, 8 de abril 2020, 11:17
La crisis desatada por la pandemia del coronavirus está teniendo también un efecto negativo sobre los recursos cinegéticos de la provincia de Salamanca y de modo especial está poniendo en peligro el control sobre las poblaciones de corzo en el Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia. “La temporada de caza de corzos tendría que haber empezado el pasado 1 de abril, así que esperamos que esta situación no se alargue mucho”, destaca el director de la Reserva Nacional de Caza de Las Batuecas, Alfonso Sarmiento.
Como cada año, los propietarios de los terrenos sobre los que se asienta la Reserva Nacional, principalmente ayuntamientos, establecen un plan de caza, elaborado por los técnicos en base a las necesidades de control de la población y para esta temporada “en la Reserva tenemos 22 permisos de corzo en este plan de caza, de los que en situaciones normales intentamos cazar el mayor número entre abril y mayo, por lo que esperamos que esta crisis no se alargue mucho y podamos hacer al menos alguno”, destaca Alfonso Sarmiento.
En cuanto al riesgo que supone para la zona la población actual de corzos, Alfonso Sarmiento explicó que “el corzo es una especie en clara expansión en todos los territorios, por lo que lógicamente si no se ejecutan los planes de caza de los terrenos cinegéticos, los problemas ya existentes se incrementarán. Aunque por desgracia no es el mayor problema que tenemos actualmente”.
En la última subasta de caza celebrada por la Reserva Nacional, el día 29 del pasado mes de febrero, se adjudicaron todos los lotes existentes para la caza de corzo, —al igual que para otras especies como la cabra montés y la becada—, con precios de hasta 550 euros por pieza.
Si bien el corzo está en plena expansión en todos los territorios cinegéticos de España, uno de los mayores problemas de fauna silvestre tanto en la provincia de Salamanca como en buen parte del país es la proliferación del jabalí.
Según destacan los expertos, el jabalí se puede considerar ya una plaga debido al gran número de ejemplares que se registran en la provincia, lo que supone un serio peligro y un riesgo tanto para el tráfico como para la agricultura y ganadería.
Para intentar poner freno a esta situación, la Junta de Castilla y León autorizó la pasada temporada una ampliación de cacerías en cada coto, además de que durante las batidas de corzo también está permitido dispararle a los jabalíes.
El pasado año se cerró con un incremento en el número de accidentes de tráfico ocasionados por jabalíes, finalizando con un accidente en el que dos vehículos se vieron implicados en un siniestro al colisionar en la A-66 contra una piara de ocho ejemplares.
Otro de los problemas que trae aparejada la plaga de jabalíes son los destrozos que estos animales provocan en la agricultura, tanto en sembrados como en explotaciones frutícolas, al igual que ocurre con el peligro que supone esta especie para la transmisión de enfermedades a las explotaciones ganaderas.
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