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Lunes, 13 de abril 2020, 22:00
"Un calvario a sus 86 años”, así definen los familiares de Josefa (nombre ficticio) la situación que está viviendo tanto la señora como ellos desde el 31 de marzo. La anciana, que tiene principio de Alzheimer y necesita cuidados especiales “que ya no le podíamos dar en casa”, según sus allegados, ingresó en una residencia de la villa ducal en enero desde donde fue trasladada de urgencia al hospital el último día de marzo por un problema digestivo.
“Al entrar le hicieron un test de Covid que salió negativo. Pasó su tratamiento y como tenía principio de neumonía le hicieron una segunda prueba que también dio negativo”, aseguran sus familiares, “la pasaron aislada a planta y una vez curada el domingo de Ramos por la noche le hacen una tercera prueba, antes de enviarla a su residencia con el alta porque allí están blindados residentes y trabajadores sin positivos. La prueba sale también negativa”.
El alta llega el miércoles por la tarde tras un cuarto test, “también negativo” señala la familia. “La llevan a Alba con la ambulancia y al llegar a la residencia salen a recibirla las trabajadoras, y el señor de la ambulancia les dice que ‘donde van sin medidas de seguridad porque lleva un positivo’, con lo que en la residencia por miedo al presunto contagio ya no la quieren recibir”, asegura la familia. Desde la residencia albense, sus responsables señalan que al llegar la ambulancia el conductor les dijo que la señora "estaba contagiada" e iba en una ambulancia "de sucio", que es el término que se usa cuando se traslada gente con positivo en Covid. "Nosotros tenemos más de 50 residentes y una decena de profesionales que nos hemos confinado y estamos sin contagios. Llamamos a la Guardia Civil y se paró todo. Luego Protección Civil vino a desinfectarnos”, señalan desde el centro.
De regreso al hospital, para el que la familia sólo tiene palabras de agradecimiento, se vuelve a aislar a la anciana en tanto se busca una residencia alternativa que la acoja, algo que tras mucha tramitación se logra el Viernes Santo por la tarde en un establecimiento ubicado en la capital, a 40 kilómetros de su familia. “Ahora tenemos que abonar esta nueva residencia donde debe pasar al menos 15 días en cuarentena, a pesar de haber dado 4 veces negativo. No sabemos si la ambulancia estaba o no ‘sucia’, llevamos desde el 12 de marzo, por el confinamiento, sin ver a la abuela y creemos que todo es una cadena de presuntas negligencias del sistema en la que nuestra familia paga el pato”, argumenta la familia. “Lloramos de impotencia. Mi abuela no es un paquete que pueda desaparecer o ser rechazado. Hemos denunciado todo e iremos a los tribunales para pedir responsabilidades”, señalan.
Por su parte, desde la Junta sus representantes del hospital han indicado que la residencia de Alba “era reticente cuando se envío a la anciana en la ambulancia de vuelta, porque no confiaban en que no hubiera riesgo cuando llegó allí. En la ambulancia el equipo va con todo el sistema de protección puesto. Independientemente de que transporte positivos o negativos cumple un protocolo de desinfección que se cuida mucho. Creemos, que ni en el hospital ni en la ambulancia hubo fallo. La señora tenía varias pruebas negativas cuando fue a Alba y tuvo que volver al hospital haciendo uso de un recurso sanitario que ya no necesitaba”.
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