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Sábado, 8 de enero 2022, 11:08
Tras cumplirse el pasado mes de octubre diez años del fin de la actividad armada de ETA, el Rey ha estrenado este 2022 recordando a las víctimas de la banda terrorista en el discurso de la Pascua Militar, algo que tiene muy presente una familia de Morille desde hace 43 años.
Todo ocurrió minutos antes de las once de la mañana el 20 de noviembre de 1978. La banda terrorista ETA ametrallaba a treinta y tres policías que jugaban al fútbol en el campo de deportes del cuartel de Basauri. El ataque, efectuado desde la autopista Bilbao-Behovia, provocó la muerte de José Benito Sánchez Sánchez, natural de Morille, con tan solo 30 años de edad y a 26 días de casarse.
“Ese día nos cambió la vida a toda nuestra familia por completo”, cuentan Trinidad, Feli, Misericordia y Mari Luz, cuatro de las seis hermanas del joven de Morille.
José Benito ingresó en la Policía Nacional a los 26 años y acabada de ascender a cabo primero cuando fue asesinado por ETA. “Es un día que nunca podré olvidar, tenía 19 años y estaba embarazada de mi hija”, recuerda Feli.
También Misericordia tiene grabados a fuego los detalles de aquel día, a pesar del largo tiempo que ha pasado. “Estaba trabajando y mi jefe se enteró por la radio de que se había producido un atentado, pero no me dijeron nada hasta que llegue a casa”, asegura. “Sabía que pasaba algo porque cuando salí del vestuario me observaron con una mirada distinta a la de otros días. He logrado superarlo porque si no sería incapaz de vivir”,reconoce la hermana mayor.
De las alrededor de 850 personas que fueron asesinadas por ETA hay todavía 315 casos siguen sin resolver, y el de José Benito es uno de ellos.
“Es difícil no pensar en mi hermano, pero la vida continúa, aunque pido justicia por lo que se hizo”, asegura Trinidad, mientras Misericordia reconoce que ha perdonado lo que pasó. “Lo he logrado superar porque si no sería incapaz de vivir, aunque no lo olvido”.
Además de Trinidad, Feli, Misericordia y Mari Luz, José Benito Sánchez contaba con otras dos hermanas, Mari Sol y Nati, y un hermano, Antonio Manuel.
La muerte de José Benito fue un duro golpe para toda la familia, aunque las cuatro hermanas reconocen que ETA no logró que el miedo marcara sus vidas.
También el Ayuntamiento de Morille tiene en el recuerdo a José Benito y en el año 2012 decidió dedicarle una calle con su nombre.
Las últimas palabras de apoyo del Rey a las víctimas llegan en la víspera de que este fin de semana Bilbao y otras localidades vascas acojan movilizaciones en favor de los reclusos de la banda. Un acto de protesta con el que el entorno etarra quiere reclamar que se ponga fin a la dispersión carcelaria y el desbloqueo de los beneficios penitenciarios para los internos.
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