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Colon, pan grande y pan pequeño elaborados en la panadería de Clemente Bautista. J. H.
La dura realidad que viven los panaderos salmantinos: «Vamos a estar exterminados pronto»

La dura realidad que viven los panaderos salmantinos: «Vamos a estar exterminados pronto»

Las panaderías de los hermanos Galiano en Peñaranda de Bracamonte y la de Clemente Bautista en Alaraz priman el buen hacer, aunque este último también está optando por la variedad de productos para vender más

Viernes, 20 de diciembre 2024, 06:32

El buen hacer es una máxima que comparten los panaderos artesanales de la provincia de Salamanca. Los hermanos Félix, Agustín y Pilar Galiano de Peñaranda de Bracamonte mantienen vivo el oficio que ya ejercían su padre Félix Galiano y su madre Paulina Gutiérrez, fundadores de la única fábrica de pan en vigor en la ciudad. Su abuelo ya era panadero y tuvo panadería en Zorita de la Frontera y Palaciosrubios.

La calidad como fin une a estos panaderos arraigados con Clemente Bautista y su hijo Carlos Bautista, panaderos de Alaraz. Estos últimos no son hijos ni nietos de panaderos, aunque Clemente si quiso tener un recuerdo con su madre Inés, al poner su nombre al negocio en signo de agradecimiento y reconocimiento.

Todos estos panaderos saben que ofrecer un buen producto es su mejor herramienta para poder sobrevivir a pesar de las grandes dificultades que atraviesa el sector.

La ilusión y el gusto por el oficio son otros de los argumentos que les mantiene al píe del cañón, pues de otro modo quizá no sería posible seguir fiel a un oficio que tiene pocos descansos. En el caso de los hermanos Galiano tan sólo descansan la Nochebuena, la Nochevieja y Reyes, aunque el año pasado tampoco pudieron cesar en la noche de los Reyes Mayos, por la gran demanda de encargos que tuvieron de los restaurantes peñarandinos, uno de sus fieles clientes. Esta panadería se conforma con distribuir su pan en Peñaranda de Bracamonte. La panadería de Cantalapiedra también sólo vende su pan en esta localidad y tan sólo cesa su actividad en Nochebuena, Nochevieja, Viernes Santo y Pascua, como sucede con prensa escrita. El panadero de Alaraz descansa tan sólo los domingos.

Clemente Bautista recuerda que su panadería es tradicional e histórica, incluso tiene un horno de leña. Aunque ya es un verdadero experto en el oficio, Clemente Bautista comenzó en el oficio hace cuatro años. Cuenta que cuando Ángel García, el anterior panadero, seguía en activo se ofreció para aprender el oficio. Estuvo un año con él asimilando conocimientos y cuando se jubiló le compró la panadería. Ahora en su obrador hacen cada día pan candeal, barras, baguettes, molletas y colones. Además tienen una variedad muy amplia de productos de repostería entre las que se encuentran productos muy demandados en momentos puntuales como son los roscones de Reyes, panetones y otras elaboraciones muy tradicionales como los moros, bizcochetas y las tejas.

Testimonios

Hay ejemplos de esta situación. »Se permite vender pan en cualquier sitio, las normas no son las mismas para todos»', explica Ramón Herrero, de San Pedro de Rozados. Cecilio Sñanchez, de Calzada de Valdunciel, explica que «hay muchos puntos de venta de pan en todos los sitios, vamos a estar exterminados pronto»'. »El problema básico que tenemos todos los panaderos es que no hay gente en los pueblos», añade Clemente Bautista, de Alaraz. Por último, Félix Galiano, de Peñaranda, destaca que »los artesanos no le interesamos a la Administración, todo son complicaciones».

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