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Viviendas sin terminar de construir en la calle Santibáñez de la localidad de Doñinos de Salamanca. EÑE
El primer pueblo junto a Salamanca en acabar con los «esqueletos de hormigón»

El primer pueblo junto a Salamanca en acabar con los «esqueletos de hormigón»

Una empresa ha adquirido cerca de 100 viviendas a medio construir desde hace 15 años para acabarlas

EÑE

Doñinos

Martes, 26 de septiembre 2023

La «crisis del ladrillo» de 2008 dejó su rastro en muchos municipios con edificios a medio construir en los que no se ha vuelto a trabajar desde hace quince años.

El pinchazo de la burbuja inmobiliaria también dejó muchas urbanizaciones, en el mejor de los casos, sin desarrollar, o con tan solo las calles ejecutadas y parcelas que tres lustros después siguen valladas y esperando su futuro desarrollo. La mayoría de estas situaciones se produjeron en el primer y segundo cinturón de municipios de la capital.

En el caso de la localidad de Doñiños los «esqueletos de hormigón» que se mantenían desde hace quince años rondaban el centenar, con viviendas sin terminar y en distinto grado de ejecución, puesto que algunas tenían tan solo la estructura básica, mientras que otras lucían paredes exteriores, tejados e incluso escaleras y paredes interiores, puesto que se trataba de viviendas unifamiliares pareadas en la mayoría de los casos.

«Una empresa ha negociado con el Sareb y adquirido un lote de casi 100 chales sin terminar en el pueblo y ya están promoviendo la finalización de los primeros veinte», señala el alcalde de Doñinos, Manuel Hernández, «las viviendas están en las calles Santibáñez, Escobal, La Torre y Las Viñas con lo que su terminación supondrá para el municipio poder completar esta zona».

En el Consistorio de la localidad aseveran que todo el procedimiento se ha gestado a lo largo del último año: «la empresa que ha adquirido el lote de viviendas ha pedido documentación durante muchos meses y al final se ha puesto de acuerdo con el Sareb para la compra. En Doñinos hemos detectado que hay mucho interés por tener una casa y nos preguntan por parcelas para vivienda libre», relata el regidor.

El proceso que ahora se ha iniciado con este centenar de viviendas podría estar concluido con todas ellas rematadas, «en cuatro o cinco años, todas están valladas y al tener distintos grados de ejecución no habrá que invertir la misma cantidad de tiempo en terminarlas», indica Manuel Hernández.

El municipio es uno en los que se ha planteado un interés sólido por nuevas viviendas y buena prueba de ello han sido las más de cien familias interesadas en las 19 viviendas de protección oficial que ha comenzado a desarrollar la Junta en la localidad, algo que supone cinco candidatos por vivienda (muchos de ellos de otros municipios e incluso de la capital) cuando los hogares apenas acaban de comenzarse a construir y tienen por delante veinte meses de trabajo de los obreros.

Por otra parte, en la localidad de Carbajosa de la Sagrada también quedan algunos «esqueletos» como los que ha vallado el Consistorio en una parcela frente al colegio La Ladera. «Quedaron a medio construir un grupo de 14 viviendas y se han cerrado para garantizar la seguridad de los vecinos y evitar que se cuelen dentro», matiza el alcalde, Pedro Samuel Martín. En otro punto de la localidad, concretamente en la calle La Alberca, se ha retomado la obra de 24 chalés que también estaban a medio terminar desde la crisis del ladrillo. «En el Ayuntamiento estamos contentos de que se vayan terminando estos sectores que quedaron incompletos», asevera Martín.

Caso aparte son los dos grandes «esqueletos de hormigón» dan la bienvenida a la localidad de Calvarrasa de Abajo, cada uno de ellos está ubicado en uno de los márgenes de la travesía, aunque el que se encuentra frente a la gasolinera es el más llamativo porque se puede ver al completo.

Entre ambos suman 80 viviendas, que comenzaron a construirse en el boom inmobiliario, que planteaba un desarrollo de hasta tres mil vecinos en el municipio, y se quedaron a medio hacer en 2008.

Han pasado quince años y para evitar el peligro que supone tener estas «obras» abiertas en la localidad el Consistorio calvarraseño ha realizado el vallado de las mismas como «medida de seguridad para evitar que los chavales se cuelen dentro y pueda haber algún accidente», relata el alcalde, Marcelino Mateos.

No obstante, los inmuebles, que tienen hasta tres plantas de altura y carecen de redes de seguridad al no estar en obras, lucen numerosas pintadas y han sido vandalizados en distintos grados, pero al no existir más que la estructura de hormigón y unas pocas paredes los daños, hasta ahora, se han quedado en un montón de grafittis.

En menor medida, porque las obras no se habían iniciado, quedó afectada por la burbuja del ladrillo la localidad de Terradillos, donde la crisis inmobiliaria dejó sin construir más de 1.700 viviendas repartidas en dos emplazamientos de la localidad. Uno de ellos contaba con cerca de 700 viviendas en unos terrenos con 83 hectáreas en la zona de Alba Nova y el otro proyecto estaba junto a la carretera CL-510 que lleva hasta Alba de Tormes, donde se iban a construir más de mil viviendas en la trasera de la urbanización Los Cisnes.

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