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Otro año más, la Plaza Mayor de Macotera acogió el momento más esperado del año en la localidad. Fue después de la misa solemne celebrada en la iglesia parroquial de Santa María del Castillo. Las emociones empezaron a subir de graduación al sacar a la Plaza Mayor a la Virgen de la Encina y a San Roque. Desde el balcón del Ayuntamiento, las personas que abarrotaban la plaza, escucharon con atención la Loa a San Roque a cargo de Francisco Hernández Jiménez. Tras ella todos, grandes, medianos y chicos alzaron los brazos y mecieron su cuerpo movidos por el sonido de las dulzainas que entonaban una y otra vez la charrada de San Roque. Desde ese momento, la histórica procesión recorrió las calles durante horas, dejando en el camino un reguero de instantes especiales para quienes la vivieron. Decenas de personas, mayordomas de este año, portaban varas con la silueta de San Roque. Este año la mayordomía corre a cargo de diferentes peñas de la localidad. Se repitieron una y otra vez los ¡Viva San Roque! y quienes portaban al Santo lo hacían bailar, meciéndolo entre la multitud, también lo inclinaban o posicionaban hacía diferentes viviendas, quizá en recuerdo de alguien que ya no está o para invocar la protección en otras situaciones.
Se notaba en las calles que era un día de encuentro, sobre todo en las terrazas de la Plaza Mayor y otras calles, donde se podían ver congregados grupos numerosos de personas.
Otra de las citas destacadas de la jornada de este miércoles, fue el primer encierro urbano, con novillos y bueyes, que ayer estrenó el calendario taurino. Las calles del recorrido estaban repletas de personas deseosas de disfrutar de este festejo y el encierro no defraudó. Los astados soltados en el final del recorrido de talanqueras llegaron a la plaza de toros en dos bandos diferentes, creando dos momentos de emoción marcados por la bravura de las reses que parecieron gozar del agrado del público asistente. Después, como es tradicional en Macotera, se soltó un novillo en la plaza de toros a modo de capea para que los numerosos aficionados al toreo de la localidad pudieran dar capotazos a su gusto. Esta cita, la diana que despertó al pueblo y la procesión estuvieron amenizadas por Adobe Dulzaineros.
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