«Debería establecerse la trazabilidad de la piedra de Villamayor»

A los 16 años arrancó su trabajo en la cantera de piedra de Villamayor, siendo segunda generación de su familia en esta profesión. Su primer andamio para colocar piedra franca fue el que se instaló para forrar el Palacio de Congresos de Salamanca, y desde entonces, Carlos Sanchón no ha parado, aunque no vislumbra que haya relevo generacional en este oficio.

¿Cuántas canteras había antes en producción en Villamayor de Armuña?

-Hace unas décadas había media docena y ahora solo quedan dos en activo.

¿Qué ha ocurrido para este bajón?

-Antes la mayoría de los constructores de Salamanca cuidaban la instalación de piedra de Villamayor en los edificios, algo que se hacía en el siglo pasado en los años 70, 80 y también en los 90. Luego llegó el siglo XXI, con la entrada del euro la construcción se «prostituyó». Ahora, estamos en una fase de «todo vale» y aquí ya no se pide piedra de Villamayor de calidad como antes. Hace años se construía en Salamanca con una calidad tremenda, aunque ahora la piedra sí que se está colocando por toda España, en lugares por ejemplo como: Rosas, Pozuelo, Alicante o Sotogrande.

¿Cómo es el trabajo en una cantera ahora?

-Conmigo llegaron a trabajar 52 personas. Si tuviera que volver para atrás no lo haría. Ahora somos un equipo de 3. Se van contratando según necesidades. Antes se sacaba mucha piedra de las canteras y cerca de doscientas familias en el municipio vivían de ello. Lo habitual es que hubiese hasta 14 personas solo dedicadas al trabajo de extraer piedra constantemente en cada cantera, que era muy laborioso. Ahora, entre febrero y marzo se trabaja unas pocas semanas para sacar la piedra que se necesita para todo el año. Por ejemplo en 2023 en la cantera se extrajo piedra durante una semana en febrero, otra en marzo y una más en verano para tener estocaje. La crisis del ladrillo de 2008 hizo mucho daño.

¿Cómo ha cambiado el oficio?

-Antes lo más duro era la extracción de piedra en la cantera y ahora lo más complejo de este trabajo es la colocación y lo que menos gusta a los trabajadores. Yo llevo a cabo todo el proceso, desde la extracción hasta la elaboración de las piezas y la colocación.

¿De cuál de sus trabajos se siente más orgulloso?

-Hay muchos de los que podría hablar, pero por ejemplo muy llamativo fue la piedra más grande de Salamanca de este tipo, que fue la que se uso para colocar en la Plaza Mayor la obra del escultor Rodín. Tuvimos que buscar un bloque espectacular que pesó 1.800 kilos. Ahora estoy colocando la piedra de la cornisa de la iglesia de Santa Ana en La Vellés que se está restaurando en estos momentos.

¿Queda piedra de Villamayor para mucho tiempo?

-Sí. Hay muchos recursos en el subsuelo, otra cosa distinta es que se extraiga o no, según la demanda del mercado. Hay materiales que se están colocando ahora que no me inspiran confianza y se verá con el tiempo que son problemáticos. Lo simple es tendencia, pero la calidad del material siempre da garantías a largo plazo como ocurre con la piedra de Villamayor auténtica.

¿Qué se podría hacer para protegerla y asegurar al consumidor que es realmente piedra de Villamayor y no de otros lugares?

-Debería establecerse la obligatoriedad de la trazabilidad en este material. Se conocen las características de la piedra de Salamanca y se sabe perfectamente, con la que está colocada desde hace años, e incluso siglos, que no da problemas. La trazabilidad sería la opción para protegerla, puesto que es un producto espectacular, esta piedra con el paso del tiempo se endurece, no se desmorona como les ocurre a otras parecidas. En una ciudad Patrimonio de la Humanidad como Salamanca el turista viene a ver ese Patrimonio que debe conservarse porque es fuente de ingresos. Hay ejemplos de restauraciones en palacios de la capital hechas con mal gusto y en las que no se ha utilizado la piedra de Villamayor.

¿Qué le parece el Hábitat Minero de Villamayor?

-Es un sitio al aire libre que se debería impulsar, haciendo exposiciones y actividades. Se podría tener abierto para que la gente pudiera pasear por ese entorno y conocerlo.

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