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Beatriz muestra una de las habitaciones de su casa, donde conservó las paredes pintadas originales TEL
De vuelta a Santibáñez de Béjar gracias al teletrabajo: “No echo en falta nada”

De vuelta a Santibáñez de Béjar gracias al teletrabajo: “No echo en falta nada”

Beatriz Gutiérrez Sánchez tiene 32 años y ya ha vuelto a vivir a su pueblo | Su empresa se lo permitió y no se lo pensó dos veces

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Lunes, 16 de enero 2023, 20:18

Con 32 años, Beatriz Gutiérrez Sánchez puede decir que se ha vuelto a su pueblo, Santibáñez de Béjar, para intentar cumplir sus sueños. Por ahora lo está consiguiendo ya que su trabajo en una multinacional le permite teletrabajar desde el pueblo y, a la vez, ha cumplido su sueño de construir una casa rural en la vivienda donde nació su abuela materna.

¿Cuando regresó al pueblo para quedarse a vivir?

—Estudié Ingeniería Química y trabajaba en Madrid en una multinacional. Cuando llevabas cierto tiempo en ella, y según el proyecto en el que estuvieras, te permitían el teletrabajo. Yo lo tenía parcial y eran dos días presenciales y tres desde casa. Luego nos dieron el teletrabajo forzoso a raíz de la pandemia y yo me vine. La casa ya la tenía comprada y el proyecto a punto de empezar. Necesitaba financiación y, por eso, se demoró un poco más. Empezó a funcionar en diciembre de 2021, que es cuando llegaron las primeras reservas.

¿Por qué quería hacer una casa rural teniendo un trabajo?

—Aquí no había ninguna casa rural y había mucha demanda, por ejemplo, de gente que viene buscando sus orígenes y ahora, al ver que hay casa, se vienen aquí. Sobre todo desde Madrid y Extremadura. Como tengo el teletrabajo puedo gestionar la casa sin ningún problema. Mi intención era quedarme en el pueblo, Santibáñez me gusta mucho. La casa era de mi abuela y de su hermana y es un homenaje a ella. Gracias a la pandemia lo que sí pude fue restaurar muchos muebles de la casa, que son originales. Como estábamos encerrados y tenía posibilidad, los restauré con la ayuda de mi madre.

¿Qué ventajas encuentra en el pueblo?

—Todo. La naturaleza, que pones el pie en la calle y tienes tranquilidad, el aire que se respira sin polución. Y que me levanto quince minutos antes de empezar a trabajar y en Madrid me tenía que levantar a las seis para trabajar a las ocho. Ganas calidad de vida. Además, puedo coger el coche de mis padres e ir a todos los lados. No echo en falta nada. La gastronomía es indiscutible, me estoy haciendo el traje charro y tenemos el grupo de baile tradicional, que necesitamos más chicos.

¿Qué mejoraría del pueblo?

—Hay rutas muy bonitas que no están señalizadas. La dificultad es mínima, pero al no estar señalizadas no las puedo ofrecer.

¿Se ve viviendo siempre en el pueblo?

—No me importaría. Hay cuestiones muy importantes que ojalá nunca desaparezcan. Por ejemplo, los colegios rurales, que tienen una ventaja: la educación está mucho más personalizada que en las ciudades. Voto al 100% para que no desaparezcan.

¿Se puede vivir de una casa rural?

—Creo que la gente está confundida en que montas una casa rural y te forras, pero no. Tienes que llenar el depósito del gasóil, la leña para la chimenea.... Vivir de ello exclusivamente es un poco difícil; habría que moverlo mucho y tienes que llenarlo todos los meses. Lo cierto es que me va bien, tengo buenas valoraciones.

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