Con gran pesar los habitantes de La Fuente de San Esteban no pudieron ayer hacer lucir en todo su esplendor algunos de los primeros actos del Corpus Christi a causa de la intensa lluvia, que obligó a la suspensión de la procesión. El pueblo, engalanado para la ocasión con estandartes carmesí, e impregnado por el aroma del tomillo que bañaba una solitaria ruta desde la iglesia y por calles como Santa Inés, abarcando gran parte del municipio, no pudo disfrutar de un Corpus pleno.
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Capas y trajes charros llenaron la iglesia, en la que se concentró cerca de un centenar de personas al resguardo de la lluvia para, eso si, poder asistir a la bendición de los más pequeños y los bebés, que se acercaron al altar mayor en brazos de sus padres para recibir las correspondientes bendiciones ante la atenta mirada de todos, incluida la de los mayordomos que sostenían el palio que desgraciadamente no pudo salir a recorrer las calles.
Poco después cesó la lluvia y el sol acaparó el cielo con intensidad, momento en el que el grupo de charras aprovechó para ofrecer bailes vivarachos en el centro de la plaza, un respiro climático que animó a los asistentes a salir de los soportales y abandonar los alféizares para formar un círculo alrededor y contemplar el espectáculo.
Así, el Grupo Charro de La Fuente y el Coro San Esteban pusieron notas de color a una mañana gris en la que el tomillo quedó completamente pasado por agua, y el clima ensombreció el semblante de una Fuente de San Esteban especialmente vestida de gala para la ocasión. Las fiestas comenzaron el miércoles.
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