Convivencia y buen yantar en la matanza de Encinas de Arriba a pesar del frío

Solo han hecho falta tres ediciones de la Fiesta de la Matanza Tradicional para que en Encinas de Arriba se haya convertido ya en una fecha ineludible en el calendario de actividades para todos sus vecinos, una jornada que incluyen dentro de las fiestas patronales en honor a San Esteban.

Así, a primera hora de este sábado se han reunido el grupo de voluntarios, matanceros y tamborileros para arrancar las primeras labores del despiece del animal: el chamuscado y el troceado de las piezas, que se han ido elaborando en distintos platos a lo largo de la jornada.

De este forma, a las diez y media de la mañana, han comenzado las labores principales y el primer convite con dulces y chupitos de aguardiente y crema de Orujo para combatir el frío de las primeras horas de la jornada, que ha amanecido con una densa niebla y temperaturas bajo cero.

La mayoría de los asistentes a estas primeras labores han sido adultos, pero tal como ha señalado el maestro de ceremonias, Luis Oliver: “En el caso de los niños no son labores que hayan visto la mayoría de ellos y les explico el proceso, paso a paso, para que lo entiendan”.

Una hora y media más tarde ha llegado la degustación de chichas, tanto de chorizo como de salchichón, de forma que los participantes han podido recuperar fuerzas para continuar con los siguientes pasos. Entre reencuentros, animadas charlas y los últimos restos del cerdo ha llegado la hora de la comida de hermandad para los vecinos, que ha consistido en una parrillada con más de doscientas raciones en las se que incluía lomo, chorizo y panceta.

Por último, la jornada ha terminado con una sesión de juegos de madera gigantes y una chocolatada.

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