El 'Código da Vinci' en Alba de Tormes: Las llaves del Rey, el Duque de Alba y Roma para abrir el sepulcro de Santa Teresa

El actual sepulcro que recoge los restos de Santa Teresa de Jesús no es el primero que lo hace, pero en este punto que preside el retablo de la iglesia Basílica de la Anunciación permanece desde 1677. Para garantizar la seguridad del mismo y que nadie pudiese acceder al cuerpo y hacerse con reliquias, se diseñó en el siglo XVII un sistema de seguridad que cuenta con 10 llaves, en manos de cuatro custodios distintos y con las que se debe contar para poder abrir el sepulcro con la urna que contiene los restos.

La situación presente acerca de las llaves del sepulcro teresiano la sintetiza y refleja muy bien la cronista de la comunidad carmelita, cuando afirma escuetamente en un documento del archivo conventual: Las llaves del sepulcro son diez, tres tiene la comunidad, otras tres el Duque de Alba, otras tres Nuestro Reverendo Padre General (en Roma), y una del arca interior de plata el Rey.

La combinación de las mismas corresponde a estos 3 sectores del monumento sepulcral: 3 llaves para la reja exterior de hierro del camarín, lugar bien visible; 3 para la tapa de bronce incrustada en el arca de mármol por la parte anterior que mira al camarín, también ahora visible; y 4 para el arca interior de plata. Este conjunto de llaves —para conceder a todos los representantes la misma potestad de control— se hallan divididas a su vez en juegos da tres para cada delegado o compromisario, y así todos tienen las mismas, una de cada sector (reja + arca de mármol + arca de plata), excepto el caso de la llave real (del arca interior de plata).

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