«La Charrada se remonta a la reivindicación de la música tradicional en la Transición»

La Charrada nació con la Asociación Amigos de Ciudad Rodrigo, y aunque esta desapareció, esta fiesta tan marcada en el calendario de Ciudad Rodrigo, en plena Semana Santa, se ha mantenido a excepción de los dos años de pandemia. José Ramón Cid lleva por bandera el folclore charro, y además de ser tamborilero, conoce a fondo cada aspecto del folclore de la zona. Mucho ha crecido este evento desde entonces, aunque la esencia sigue siendo la misma.

¿Qué importancia tiene esta fiesta como defensa y protección del folclore de la zona?

—Es el acontecimiento más antiguo que se viene celebrando, desde 1980, en el cual se junta el folclore tradicional salmantino, principalmente a ritmo de charrada, de ahí el nombre. Se ha celebrado indistintamente a excepción de los dos años de la pandemia. Participan músicos y bailadores con sus trajes tradicionales y músicas más características de las comarcas salmantinas, muy variadas y ricas. Se trata ya de una cita de referencia en el folclore tradicional, no solamente de Salamanca, sino de toda España, declarada además como Fiesta de Interés Turístico Regional. Siempre se celebra el Sábado Santo y se centra todo principalmente en la Plaza Mayor.

¿Se mantiene vivo el folclore?

—Hay mucho interés, cada vez más. Cuando comenzamos la fiesta se hacía solo con personas mayores de los pueblos, que eran quienes conocían el folclore. En cambio, hoy en día se ha creado mucha expectación, y muchísima gente muestra interés tanto por los bailes como por la música, los instrumentos y los atuendos. Quienes lo habían aprendido por transmisión oral ya han fallecido en los últimos años. Los jóvenes lo han aprendido de otra forma, más académica, en escuelas, pero siempre intentando mantener las particularidades de cada pueblo.

¿Qué cabe destacar del programa? ¿Tiene repercusión La Charrada más allá de la provincia y de Castilla y León?

—Siempre se trae un grupo de fuera, pero cabe recordar que hay elementos que nunca pueden faltar, como el pandero cuadrado de Peñaparda y el baile de la bandera de Hinojosa. Hemos tenido gente de Cáceres, de León… En cuanto al tirón, viene gente de fuera de Salamanca, hay personas que la siguen desde siempre, y además hay que tener en cuenta que se celebra en una fecha en la que hay muchísimo turismo en Ciudad Rodrigo.

¿Cómo comenzó todo?

—Todo coincide con la época de la Transición; hay entonces un movimiento de reivindicar el valor de la música tradicional. Se habían hecho algunos concursos y exhibiciones en La Alberca y otros pueblos, y la asociación Amigos de Ciudad Rodrigo, que estaba entonces en pleno auge, revalorizó temas de patrimonio, como el teatro, que por aquel entonces se pretendía derribar para hacer bloques de pisos; también se estaban llevando escudos y piezas. Yo era el encargado de la sección de folclore, también se luchaba por el patrimonio inmaterial. En este caso no se podían hacer concursos, porque no podíamos poner a competir el folclore de distintos pueblos siendo diferentes, por lo que decidimos hacer un festival en el que se mostrara el baile y la danza, y la música, ya fuera con gaita y tamboril, dulzaina, pandero, sartén... La charrada recibe en cada zona un nombre: en la sierra picao serrano, en Peñaparda el sorteao, en otros charro golpeao...

¿Ha crecido y cambiado mucho desde entonces?

—Viene a ser igual que ahora en forma, con entre siete y nueve grupos, que por aquel entonces no se hacía con grupos, sino con pueblos. Cada pueblo llevaba sus bailadores y músicos. Es cierto que ahora se le da mucha más difusión, antes era más a nivel provincial. Ha crecido a nivel mediático, y ahora es referente a nivel nacional, no solo provincial y regional.

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