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Sábado, 20 de agosto 2022, 16:06
Vitigudino es un cruce de caminos ubicado en el centro de una comarca extensa del oeste de Salamanca. Un cruce real incluso sus calles principales se juntan en cruz dividiendo el pueblo en cuatro cuartos. Vitigudino como cruce y como centro, asume el compromiso con la comarca dando todos los servicios que le corresponde dar. Y dar de comer a todo el que pasa por el pueblo y necesita comer, o disfruta con ello con una atención amable, se convierte en un placer para el visitante.
Pasado lo peor de la pandemia que nos impuso el deber de guardarnos, estamos ya en la posibilidad de salir. Es un cruce de caminos entre el deber y el deberíamos. Ahora ya deberíamos volver a hacer la vida normal y en Vitigudino la atención, la comida y la conversación compartida nos esperan en sus restaurantes.
Los bares son pequeños parlamentos, tribunas libres de la opinión, lugar para pasar un rato de descanso, tomar la temperatura a la vida y a los demás hasta tal punto que si no existieran habría que inventarlos. Un lugar donde la gente se reúne y conversa, lo que tradicionalmente se conoce como un mentidero. Los pueblos pequeños que pierden el bar, pierden más que un establecimiento público. Se pierde los lugares para socializar por eso su existencia y la frecuencia en su visita debiera ser un deber ciudadano.
Clientes contentos que pasan un buen rato en La Parrilla
Nunca es mal momento para reunirse en La Parrilla y tomar algo. Este bar de pinchos de Vitigudino se descubre al transeúnte en la calle Tomás López, y dispone de terraza, un importante reclamo en verano, bajo las imprescindibles sombrillas que protegen del sol. Es por eso que muchos vecinos, tanto jóvenes como de mediana edad, o personas mayores, disfrutan en este establecimiento, en el que la jeta es la tapa estrella.
Aarón Román Robledo es quien regenta el local, que lleva abierto al público desde hace catorce años. Antes servía comidas, y ahora, permanece imperturbable como un punto de ocio y pinchos en el que siempre apetece detenerse un rato.
La calidad, asegura, es importante, pero no solo eso. Si por algo quiere que se caracterice este bar, y lo hace, es por el buen ambiente. “Que la gente esté contenta y pasen un buen rato, que se vayan satisfechos con el trato”, señala el hostelero.
El entorno que rodea al bar La Parrilla también es agradable, así como lo es su interior, y es que, sin alejarse de la zona centro, se encuentra recogido en una apetecible área tranquila y espaciosa.
A sus puertas y en las mesas de la terraza se reúnen en los meses estivales muchos vecinos de la localidad, aunque no deja de ser un lugar perfecto para quien está de paso, aportando a Vitigudino un espacio más en el que se hace gala de la calidad de la carne de la zona, y de la habilidad para preparar una buena jeta, algo que siempre entusiasma cuando está bien hecho, y que allí saben hacer de sobra. Una experiencia de más de una década respalda la garantía de que toda visita será plena y los pinchos una buena elección.
El Whisky Viejo, un referente de pop-rock español
El lugar idóneo para alternar, tomar unas copas o un simple café. Teresa Valle abre el Whisky Viejo desde las 13:00 horas, y su música, que se mueve principalmente en el género pop-rock, especialmente en español, atrae a una clientela fija de edades de lo más variadas, desde jóvenes hasta personas mayores, que se dejan embelesar por el ambiente magnético de su interior, las luces misteriosas y relajantes de todo pub que se precie, y la decoración única.
Este local de ocio ya es toda una institución en Vitigudino, y el enclave en el que pasar el rato cuando el estómago ya está lleno. Desde hace 35 años lleva abierto el Whisky Viejo, aunque el local albergó, tiempo atrás, otro establecimiento con un nombre diferente.
Todo amante del buen pop-rock, de aquel que cualquiera puede entonar y seguir la letra, tiene una cita en el Whisky Viejo, ya sea para compartir un rato de relax entre amigos o en pareja, café en mano, o para vivir una noche de diversión con bebidas de calidad. Todo el mundo es bienvenido en este establecimiento que llama la atención desde el minuto uno, y en el que el cliente puede sentarse junto a la barra, o bien descansar en uno de los espacios de sillones.
Son todas estas características las que hacen del Whisky Viejo un lugar ecléctico en el que no hay una especialidad en la carta, dado que cualquier preferencia en cuanto a bebidas, ya sean frías o calientes, es acertada.
“La especialidad es la música; a veces ponemos algo extranjero, pero casi todo es en español; la clientela es muy variada, y fiel; hay gente joven, y también gente mayor que viene mucho”, asegura Teresa Valle.
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