Cabeza del Caballo rinde homenaje a su vecino más emblemático: El «Chupaligas»

Las fiestas de Las Madrinas transcurren con la misma intensidad que el primer día en Cabeza del Caballo, que esta tarde asistió a un emotivo y jubiloso homenaje a Francisco Moya, conocido desde siempre como el «Chupaligas», un vecino de 97 años que llegó al pueblo de joven y donde formó una familia. Trompetista de profesión, sus hijos heredaron sus dotes de músico, y de hecho, tres de sus hijos —los que viven, de los cinco que eran— participaron en el homenaje ofreciendo un pasacalles con saxofón, acordeón y bombo desde la iglesia hasta la plazuela en la que está la vivienda de Francisco Moya, en compañía de todos los vecinos de la localidad.

Allí el alcalde Juan Antonio de Jesús dedicó unas palabras al homenajeado antes de descubrir la placa que anuncia oficialmente el nombre de esta plazuela, hasta ahora sin nombre: Don Fransico Moya «Chupaligas». Los vecinos no perdieron detalle de este momento de compañerismo y amor en el que algunos familiares no pudieron contener las lágrimas. «No estamos todos los que deberíamos estar», pronunció el hijo mayor antes de romper a llorar, emocionado. «Tendremos presente este homenaje durante el resto de nuestras vidas», agradecieron los hijos del protagonista, quien, por su parte, recibió como obsequio un gran ramo de flores de parte de la Asociación de Mayores de Cabeza del Caballo.

«Me alegro de eso de Chupaligas, porque ha sido siempre mi nombre artístico», señaló Francisco Moya, quien después dedicó una tarde de música acompañando a sus hijos con la trompeta y animando así a los vecinos a bailar en pareja.

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