Bravura y entrega en el encierro de Vitigudino

Era una de las citas más esperadas dentro del programa de actos del Corpus Christi en la villa de Vitigudno en este 2024. El encierro del sábado suele ser sinónimo de calidad y gran afluencia de público y por supuesto se cumplió con ambas premisas. Además, un aliciente extra era la presencia sobre las calles de los novillos de la ganadería de Rollanejo, de la localidad vecina de El Cubo de Don Sancho, perteneciente también a la comarca vitigudinense, y cuyos ejemplares destilaron bravura, presencia y elegancia a raudales.

Los cuatro novillos y las vacas protagonizaron un encierro de una duración inferior a una hora, pero que cumplió con lo esperado, quizás más en la estrechez de las calles adyacentes a la Plaza de España que en el propio ágora, donde los mozos se esmeraron para poder sacar quiebros, recortes y carreras alrededor de los animales, que al contrario que en el encierro del viernes, costó retenerles en el epicentro de las fiestas en la villa.

Aún así, fueron muchos los valientes que salieron al encuentro de los novillos y mostraron su destreza acercándose a los pitones de los astados o incluso tocarlos, lo que derivó en los aplausos del público que se concentró en el entorno de la plaza, eso sí, bien provistos de sombrillas, gorros, sombreros y refrigerios para hacer frente a la calurosa mañana sabatina de la que se disfrutó en la localidad de Vitigudino. Un buen encierro que tuvo un divertido preludio con los carretones para los más pequeños, que se lo pasaron en grande corriendo delante de estos peculiares “toros” que no tuvieron piedad y les dieron algún que otro remojón. Un refrescante chorro de agua del que tampoco se libraron algunos de los adultos que paseaban por las inmediaciones y que asumieron de buen grado el descaro de estos carretones.

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