Aline, Marlon, Pedro y Marcus, recorriendo el entorno de la provincia salmantina. S. DORADO

Desde Brasil hasta un pueblo salmantino para teletrabajar: «En ningún sitio nos recibieron como aquí»

Marlon, Aline y sus dos hijos de 3 años y 8 meses viven en Peralejos de Abajo, el pueblo que escogieron entre otros de España: «En ninguno nos recibieron igual»

S. Dorado

Peralejos de Abajo

Domingo, 6 de abril 2025, 13:37

La de Marlon Rogoski es una de las familias que, cada vez con mayor frecuencia, combaten la despoblación en la España Vaciada, en este caso, en Peralejos de Abajo, en la comarca de Vitigudino, una de las que más adolece de esta situación. Marlon llegó desde Brasil a España en noviembre de 2023, con su mujer, Aline, y su hijo de ahora casi tres años, Pedro. Su segundo hijo, Marcus, nació hace tan solo ocho meses: «Nació siendo ya español», recalca Marlon. Por aquel entonces la familia residía en un pueblo de Murcia.

Publicidad

Todo comenzó cuando, desde Brasil, soñaban con otro futuro: «Vinimos en busca de unas mejores condiciones de vida, y un equilibrio entre trabajo y disfrute», señala el padre de familia. Desde hace tan solo siete meses los cuatro son habitantes de Peralejos de Abajo, y en este breve lapso de tiempo no solo se han asentado y adaptado, sino que han hecho amigos. «Queríamos venir a una zona rural, porque es muy similar al lugar en el que vivíamos en Brasil, con campo, ganado...»; también el clima de la provincia salmantina, al menos en los meses estivales, les recuerda a su tierra, una localidad de 130.000 habitantes en Mato Grosso.

España no fue la primera opción cuando decidieron emprender esta aventura, pero si fue el destino elegido. «Valoramos Canadá en un principio, pero finalmente nos decantamos por España, donde además ya teníamos amigos viviendo», cuenta Marlon. El teletrabajo ha permitido a esta familia cruzar al otro lado del charco y asentarse en un humilde pueblo salmantino cómodamente y «por una renta muy baja que no habríamos podido conseguir en otros sitios». Por tan solo 180 euros al mes esta joven familia disfruta de un hogar con tres dormitorios «y un patio, muy importante para jugar con los niños, y con un huerto», revela complacido.

Pero Peralejos de Abajo tampoco fue la única opción: «Visitamos otros dos pueblos, uno en Burgos y otro en Madrid; nos quedamos aquí porque fuimos muy bien recibidos, es el único pueblo en el que nos recibió el alcalde, y eso ya demuestra mucho», confiesa, y se deshace en halagos con el regidor del pueblo que ya sienten su hogar. Marlon continúa en Peralejos con la empresa que ya tenía en Brasil, un negocio de marketing para pequeñas y medianas empresas, algo que puede desempeñar desde cualquier parte del mundo. Sus hijos crecerán ya inmersos en la cultura que les arropa desde hace tiempo, y de cuya gastronomía se han enamorado: «Antes de la empresa de marketing mi mujer y yo teníamos un restaurante de sushi; me encanta la cocina». Tanto es así, que Marlon no ha podido resistirse a hacer suyos algunos de los platos que ha ido probando en España: «Hace poco aquí hubo cocido en una fiesta, y ahora lo hago en casa».

Mientras él se vuelca en cultivar sus dotes culinarias, su hijo mayor, que ha comenzado a hablar, ya parlotea en español, y no solo crecerá siendo bilingüe, sino que sus progenitores añaden el inglés como idioma en el que quieren instruirle desde sus primeros años de vida. «Nos gustaría quedarnos aquí», dice agradecido. Este verano vendrán su madre y su hermana de visita, y sus suegros planean algo mucho más grande que un efímero viaje para conocer a su nuevo nieto: quedarse a vivir en Peralejos de Abajo, donde su suegro podría desempeñar su profesión de camionero.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad