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Martes, 30 de enero 2024
Asunción Galante Gómez ha celebrado en Cabrerizos, junto a parte de sus seres queridos, su 104 aniversario, en una cita que contó con tarta y velas.
La centenaria nació en 1920 en Hinojosa del Duero, pero en el transcurso de su vida residió en distintos puntos del país antes de volver a recalar en Salamanca.
En su juventud, en su pueblo natal, estuvo trabajando en una fábrica de queso y haciendo labores en el campo. Decidió, que no iba a tener novio hasta los 20 años, algo que cumplió a rajatabla. Se casó con Antonio Gajate y la pareja tuvo 3 hijos: Angelines, José Luis y Asunción.
La pareja estuvo casada más de 70 años hasta que Antonio Gajate falleció, a punto de cumplir los 98 años, en 2016.
Del matrimonio, además de los 3 hijos, hay una amplia descendencia compuesta hoy en día por un total de 8 nietos y 9 biznietos. Una parte quedó de la familia se quedó a vivir en Salamanca, otros están en Barcelona y otra parte reside en la actualidad en la zona de Albacete.
Debido a la profesión de su esposo, que era guardia civil, la pareja compuesta por Asunción y Antonio recorrió buena parte de la geografía española pasando a establecerse durante una temporada larga en Sabadell donde llegaron a regentar un bar.
De las manos de Asunción han salido, a lo largo de muchos años, decenas de labores de costura y también de parejas de calcetines tejidos para su familia, puesto que tanto el punto como el ganchillo se le daban de maravilla.
Entre las cosas de las que presume está haber ido a la escuela de pequeña, algo que a sus 104 años todavía le sirve para competir en habilidad con una de sus biznietas, de apenas 8 años, con la que juega y pone a prueba su memoria y reflejos mentales para ver quien de las dos responde más rápido haciendo multiplicaciones, puesto que la lucidez con las matemáticas la ha acompañado siempre.
Hoy en día, vive en la residencia de mayores de Cabrerizos, en la que continúa acudiendo a las actividades que realizan las terapeutas y presume de ayudar a sus compañeras, ya que muchas apenas saben leer, o hacer cuentas.
Entre sus descendientes, algunos de los recuerdos más singulares del mimo con el que los crió está su mano para la cocina de la que recuerdan, «su mermelada de tomate y los bocadillos que nos hacía con queso o con salchichón. Por no hablar de las almendras garrapiñadas, los huevos con bechamel, las patatas chips, etc».
Asunción Galante siempre ha sido creyente y participante activa en la parroquia de Fátima. Junto a sus compañeras de la Legión de María acudía a visitar enfermos del barrio y hacer compañía a los necesitados.
A sus 104 años el físico de la centenaria tiene algunos puntos débiles, y hace apenas cuatro, ya cumplido el siglo de vida, tuvo una caída en casa que le trajo como consecuencia una rotura de cadera. Pasó por el quirófano siendo ya centenaria para la colocación de una prótesis y ha perdido una parte de su movilidad, aunque siguió con sus paseos durante largo tiempo.
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