El sonido de las dulzainas acompañadas de bombo y redoblante es imprescindible en Peñaranda de Bracamonte y en localidades de alrededores, tanto de las provincias de Salamanca, como de Ávila y Valladolid.
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En Peñaranda de Bracamonte la bandera dulzainera la lleva el grupo Alborada, capitaneado por Miguel Alfayate Martín.
En la zona se vive una época dorada del instrumento gracias a esta agrupación peñarandina y sus componentes pero también como consecuencia de la existencia de la escuela de dulzaina y percusión tradicional de Macotera creada y pilotada por su director, Víctor Blázquez. Además hay que destacar el brillante papel de Mariano Díaz de Cantaracillo, que también es conocido por llevar música allá donde se lo piden con otros instrumentos entre los que se encuentran la guitarra, el órgano eléctrico, su voz e incluso la gaita y tambor charros.
En la zona de Peñaranda dicen los etnógrafos que se prefiere la dulzaina a la gaita charra.
Las fiestas de Alaraz no serían lo mismo sin 'Las Rondas'. Santiago de la Puebla, Cantaracillo y Cantalapiedra también conservan sus dulzaineros, gracias a los cuales no se pierden ritmos propios como la 'Charrada al Cristo de Alaraz', la 'Entradilla del Cristo de Salmoral', la 'Charrada de San Roque de Macotera', o la 'Taranina' de Cantalapiedra.
En Peñaranda de Bracamonte la tradición dulzainera tiene su epicentro en las Ferias y Fiestas. En estas celebraciones fue donde nació la agrupación la Alborada hace 43 años. «Invitamos al dulzainero de Diego Álvaro, Crescencio Jiménez, a la peña El Bombo y salió con nosotros, a raíz de eso nos metió en la música», cuenta Miguel Alfayate Martín.
A partir de ahí la dulzaina tuvo un nuevo florecimiento en la ciudad. Sus pasacalles se hicieron multitudinarios. Se sumaban todas las peñas de la ciudad a primera hora para recorrer las calles bailando al ritmo marcado por las dulzainas, bombo y redoblante. Inseparable de la historia festiva peñarandina fueron los famosos 'encierros de La Serrana' de la década de los 90 que incluso llegaron a salir en los informativos de televisiones nacionales.
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Los recuerdos están bañados de nostalgia ya que traen a la memoria personas que los disfrutaron y los hicieron realidad y ya no están y momentos que desaparecen. El pasacalles matinal fue suprimido por falta de participación en las últimas Ferias y Fiestas aunque si se mantiene el recorrido con los cabezudos acompañados por el grupo de dulzaineros.
Luego también queda el relato personal de los músicos que se pasan las fiestas trabajando. «Me he perdido la juventud con mi señora y con mis hijos por ir a sacar cuatro perras», confiesa Miguel Alfayate.
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«En nuestro repertorio llevamos pasodobles, cumbias, rumbas, vals y chotis», enumera Miguel Alfayate. Pero lo que nunca falta son las charradas y sobre todo las jotas, que son las que más gustan en la zona. Y la Alborada suele terminar cada fiesta tocando su canción preferida: 'La Mariloli'.
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