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Asunción Catoya, y su hermana, Rosi, en Carbajosa. EÑE
Más de 30 años como testigos de la historia del pueblo: «La gente va donde tocan los premios»

Más de 30 años como testigos de la historia del pueblo: «La gente va donde tocan los premios»

Desde hace casi 33 años, Asunción Catoya lleva al frente de uno de los quioscos más emblemáticos de Carbajosa de la Sagrada, que solo cierra el día de Navidad

EÑE / Francisco Martín

Lunes, 31 de marzo 2025, 11:31

Enclavado en pleno corazón de Carbajosa de la Sagrada, a escasos metros de la Casa Consistorial y la parroquia, el quiosco que regenta Asunción Catoya celebra este año su 33 aniversario. Un local que ha sido testimonio del crecimiento y evolución del municipio, que ha pasado de tener 700 vecinos censados en 1992 a superar los 8.000 habitantes en 2025. Un negocio que se erige como un símbolo de perseverancia y evolución.

En este sentido, la idea de abrir el quiosco surgió de su tío, quien vio la oportunidad de atender una necesidad en un pueblo en expansión. «No había nada parecido, solo una tienda de ultramarinos», recuerda Asunción. Al principio, se centraron en la venta de golosinas y prensa, motivo por el cual el quiosco se convirtió rápidamente en un punto de encuentro para los vecinos, quienes disfrutaban de la cercanía y la familiaridad en cada visita.

A lo largo de todos estos años, «hemos visto cómo ha ido creciendo Carbajosa», afirma Asunción, con una mirada nostálgica. «Al principio, conocíamos todos los nombres y parentescos de los clientes, ahora eso se ha perdido un poco», añade, aunque enfatiza que a pesar de la mayor afluencia, el quiosco sigue siendo un punto familiar para los vecinos y cuenta con artículos desde chuches, revista, prensa, empanadas, pan o leche en la calle Arroyo.

A medida que el negocio ha evolucionado, también lo hicieron sus servicios. «En solo dos años de la puesta en marcha, apostamos para que el local fuera también punto de venta de Loterías y Apuestas del Estado», recuerda. Además de, haber tenido habilitado un ciber con diferentes ordenadores con conexión a internet o un videoclub. «Una de las claves de todos estos años ha sido saber adaptarnos al momento actual», confirma la dueña del negocio.

En este contexto, el último cambio llegó en 2019 cuando implementaron un servicio de paquetería. Una decisión acertada y que, desde la pandemia, han notado el incremento de las ventas online. «Esto es el futuro», dice Asunción.

Por otro lado, reconoce que el trabajo en el quiosco «es duro por la cantidad de horas y sacrificado». Para ello, Asunción cuenta con su hermana Rosi y su marido para turnarse y cubrir las largas jornadas. Abren todos los días del año, excepto el día de Navidad, y cada jornada se divide en dos turnos, de 8:30 a 15:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas. «Los autónomos no nos podemos permitir enfermarnos; venimos a trabajar sin importar la situación», explica Asunción.

Por todo ello, el quiosco ha sido testigo de momentos memorables, incluyendo la entrega de dos premios gordos de lotería a lo largo de su historia. «La gente va donde tocan los premios», dice Asunción, con la esperanza de que pronto vuelvan a tener suerte. Entre risas, recuerda una anécdota divertida: «Una vez dejé a mi marido encerrado con dos clientes en la tienda».

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