Andy y Lucas: «Sabemos lo que es cantar en Santa Marta y para nosotros es como 'jugar en casa', maravilloso»

En 2003, cuando su aventura empezó, Andy y Lucas eran dos jóvenes unidos por la misma pasión, la música. Con un estilo aflamencado muy definido, este dúo comenzó a arrasar entre el gran público y a cosechar éxitos por todo el panorama nacional y también fuera de nuestras fronteras, sobre todo en Latinoamérica. Hoy cumplen 20 años en los escenarios con un disco en el que han colaborado con ellos nombres como Miguel Campello, Carlos Torres, Abraham Mateo, Nolasco o María Peláe, entre otros muchos. Mañana llegarán con esta gira a Santa Marta, un escenario que ya es conocido para ellos. Lucas atiende a LA GACETA antes de su cita dando muestras de una inmensa naturalidad y cercanía.

Veinte años en la música dan para mucho, ¿cómo está siendo la gira?

-La verdad es que estamos sintiendo algo muy bonito en esta gira, incluso estamos llegando a más gente de la que hemos llegado siempre en los conciertos. El disco ha sido un auténtico regalo y todos los artistas a los que hemos llamado han respondido con mucho cariño, y les hemos llamado porque realmente les admiramos y escuchamos su música.

Y en veinte años, han llegado con su música a varias generaciones…

-Sí, yo a veces veo a niños en los conciertos cantando nuestras canciones que pienso… ¡pero si este crío no había nacido cuando esta canción ya llevaba años en la calle! (dice entre risas). Y es que creo que los padres se las habrán puesto en casa. Eso es maravilloso, es muy bonito y nos sigue sorprendiendo. Bueno, y lo mejor es tener la sensación de que la gente viene a vernos por nuestras canciones... ¡porque ni Andy es Brad Pitt, ni yo soy Tom Cruise! (ríe).

¿Quizá sea porque muchas canciones de ahora no cuentan historias?

-Pues puede ser… nos machacan con géneros como el reggaetón y con canciones que en realidad, lo que dices, no cuentan historias. Yo creo que la gente recurre a canciones pasadas como las nuestras, que sí lo hacían y siguen haciéndolo. La gente quiere escuchar música de verdad con instrumentos de verdad.

La cercanía de vuestros temas generó el 'boom', ¿cuál ha sido el secreto para mantenerse?

-Pienso que el respeto que nos hemos tenido ha sido la clave. Andy y yo nos conocemos desde la guardería; tenemos una amistad muy fuerte. Eso, unido a todo lo bonito que hemos conseguido, se antepone a cualquier roce que tengamos.

¿En qué han cambiado Andy y Lucas desde que empezaron?

-Hemos madurado, ¡somos padres! (ríe). No, la verdad es que con la edad uno tiene más responsabilidad en todo, en querer hacer bien el trabajo, en no fallar al público que te sigue y luego en lo personal, claro, está la atención de la familia y cuidar de los tuyos. También es importante valorar lo que tienes y nosotros damos gracias cada día por el trabajo tan bonito que tenemos.

¿Cuál es su conexión con Salamanca? Santa Marta es un escenario que ya conocen…

-¡Sí, ya hemos tenido la suerte de tocar en Santa Marta y fue como jugar en casa, así que volvemos encantados! Además, en nuestra gira llevamos en el personal a dos charros que son amigos personales… ¡siempre que puede le echa flores a su tierra y no es para menos! Yo vivo enamorado de algunos lugares de esta provincia, como La Alberca.

¿Quedan metas o sueños por cumplir para ustedes?

-No, sería pedir demasiado a la vida… el único anhelo que yo tendría es que nos diesen la medalla de oro de Andalucía, ¡eso sí que me haría ilusión! Algún reconocimiento quizá de esa envergadura.

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