44 fotos

Secciones
Destacamos
44 fotos
El pueblo serrano de La Alberca se convirtió este domingo en un inmenso lienzo en el que las miradas de los turistas, más que nunca, se desviaban hacia el cielo para contemplar decenas y decenas de mantos, paños y colchas de bordado serrano que pendían de balcones, ventanas, barandillas y hasta cuerdas de tender la ropa, en cada una de las calles y plazas.
Las arterias principales de la localidad, regadas de tomillo, marcaron el recorrido de una de las procesiones más esperadas de este municipio: el Corpus. Después de una ceremoniosa liturgia comenzó el periplo, encabezado por dos tamborileros ataviados perfectamente para la ocasión, estandartes infinitos que desfilaron uno detrás de otro, mayordomos con sus capas negras, el Santísimo bajo palio sujeto por la Corporación municipal, y con el párroco Alfredo Fernández, y los niños de Comunión, que aferraban sus cestas repletas de pétalos de rosas.
La primera parada fue en los aledaños de la propia iglesia, y el momento en el que, tras la bendición del altar, los niños arrojan pétalos al párroco mientras muestra al Santísimo, arrancó algunas risitas socarronas de los niños, que disfrutaron de su participación en cada uno de los altares. La calle Tablao, la Plaza Mayor, la Plaza Arsenio, la calle Pedragal, la calle Juegadardos y la calle Hospicio fueron algunos de los lugares en los que se la procesión se detuvo para repetir el protocolo en los altares engalanados para la ocasión y rodeados de flores y bordado serrano.
En cada uno de ellos, muchos en lugares emblemáticos con cruces —también la salida de la procesión en la iglesia comenzaba con un gran crucifijo de tomillo en el suelo empedrado—, el párroco dedicaba oraciones por distintos motivos, como plegarias por los difuntos en la Plaza Arsenio, y por los mayores en la calle Hospicio, donde incluso se tomó un momento para acercarse al hogar de un hombre de avanzada edad que salió a duras penas, ayudado por una familiar, para poder recibir las bendiciones directamente, un gesto que conmovió a los presentes.
La belleza natural de La Alberca brillaba especialmente con este mimado acontecimiento y los trajes de vistas que atrajeron miradas y muchas fotos de los visitantes, también durante el altar final, en el atrio de la iglesia, con el ofertorio habitual, que abrió la Corporación municipal.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.