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Sábado, 11 de diciembre 2021, 13:54
La cadena trófica de la dehesa del oeste salmantino se encuentra en peligro. La espada de Damocles pende sobre uno de los eslabones, en concreto, sobre el conejo común, afectado por la creciente mixomatosis y la fiebre hemorrágica vírica, que se manifiesta sobre todo en ejemplares adultos.
Durante todo el siglo XX el número de conejos comunes ha ido disminuyendo, lo que a su vez repercute en las especies depredadoras, como el valorado lince ibérico o el águila imperial, entre otras.
Con el objetivo de preservar esta especie, la Fundación Naturaleza y Hombre trabaja en acciones para repoblar el oeste ibérico. “Su posible desaparición de zonas de la península supondría un golpe mortal para la especie, pero también un enorme riesgo para otras especies vulnerables que se alimentan primordialmente de conejos”, señalan.
Entre las iniciativas está la instalación o adecuación de majanos en los llamados cercones de pre-suelta, grandes cercados de dos o más hectáreas, en los que se liberan los conejos para, después de unas semanas, dejarlos en libertad.
Estas construcciones agrícolas persiguen la protección y reproducción de especies de caza menor. Los vivares —madrigueras de cría de conejos y otros animales— favorecen la presencia de la especie, y aportan un lugar de refugio frente a los depredadores, así como un entorno favorable para la reproducción.
Así, la fundación pretende que el conejo colonice el territorio y se afiancen nuevas poblaciones que estimulen la presencia de especies carnívoras que dependen directamente del oryctolagus cuniculus —conejo común—, que ya se encuentra en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, entrañando un serio problema para la conservación de otras especies endémicas.
En la actualidad los núcleos de este lagomorfo en el oeste peninsular son muy irregulares, existiendo zonas con buenas poblaciones y otras en las que está totalmente ausente. Dentro del proyecto “Reservas privadas y otras actuaciones para la conservación del buitre negro, el águila imperial ibérica y la cigüeña negra en el Oeste Ibérico”, la fundación está desarrollando actuaciones de conservación en múltiples espacios.
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