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Martes, 25 de agosto 2020, 20:33
Una actividad, aparentemente tranquila y saludable para los ratos de ocio, como es la petanca ha derivado en un conflicto que ha obligado al Ayuntamiento de Mancera de Abajo a tomar la decisión salomónica de clausurar la pista de juego hasta que “no se dicten y publiquen las normas de uso que eviten más enfrentamientos”, tal y como se recoge en el comunicado municipal.
El documento firmado por el alcalde, Juan Carlos Zaballos, hace alusión a una fuerte discusión originada por el uso de dicha pista el pasado sábado “en la que se produjeron gravísimos insultos, amenazas y una vergonzosa situación de pérdida de todas las normas lógicas y cívicas que han de respetarse en cualquier momento”. El regidor aclara, además, que se trata de una instalación municipal y por lo tanto “estará disponible para el uso y disfrute por todos los ciudadanos que se encuentren en el municipio”. Desde el Consistorio se recuerda, también, que la pista de petanca “ha sido costeada exclusivamente con fondos pertenecientes al Ayuntamiento y en su construcción no se ha producido ningún tipo de aportación económica privada ni de asociación alguna”.
Del otro lado del conflicto, los mayores que usan habitualmente la pista desde hace cinco años comentan que “lo que se dice en el comunicado del alcalde es mentira porque el Ayuntamiento sólo puso los bordillos de cemento, la arena la trajimos de Peñaranda y la pagamos nosotros, y nos encargamos de tenerla limpia, hemos puesto bancos e incluso un armario para guardar las bolas de la petanca”.
“A unos chavales de 10 o 12 años que veranean en el pueblo les ha dado por venir a jugar a esta pista y nosotros venimos cada tarde a las 19:30 horas por lo que les dijimos que nos dejaran jugar a partir de esa hora y de ahí surgió el enfrentamiento porque vinieron los padres y ya llegamos a unos extremos que nunca debimos llegar, ni caer en los insultos. Ahora nos vemos cohibidos ante todo esto y parece que somos nosotros los malos” afirman los mayores.
Los afectados insisten en que esa pista se creó en su día para que jugaran los mayores y “ahora van y la precintan después de que somos nosotros los que nos encargamos de tenerla en condiciones”. La polémica, por tanto, está servida en el pueblo.
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