275.000 euros para arreglar la muralla de Ledesma

El consejero de Cultura de la Junta, Gonzalo Santonja, acudió a la villa ledesmina para visitar el derrumbe de un tramo de la muralla de Ledesma que se produjo en la madrugada del día de San Valentín.

Santonja anunció que la intervención de la institución regional para la reparación de la muralla «contará con un presupuesto de 275.000 euros», y expuso la intencionalidad de que la Junta se haga cargo del 70% mientras que el otro 30% correría a cargo de la Diputación de Salamanca y el Ayuntamiento de Ledesma.

Acompañado de técnicos y representantes municipales conoció el desplome en la calle trasera del cuartel, que dejó grandes sillares de piedra desparramados por el talud que lleva hasta la margen izquierda del Tormes, pero no produjo daños personales y anunció que «habrá un plan director para la muralla y así revisar el estado completo de la misma», pues consideró que «no hay que hacer solo el arreglo de esta parte derrumbada, sino un estudio integral con un diagnóstico que nos diga en qué estado se encuentra el kilómetro y medio que tiene la muralla».

En este sentido, Exuperancio Benito, alcalde de la villa ledesmina, confesó que «uno de los tramos que más nos preocupa es el de la parte baja de la muralla que se encuentra justo en la entrada del municipio».

El derrumbe ha afectado al recubrimiento de piedra del monumento y parte del relleno que tiene dentro el muro, y aunque se ha mantenido intacta la solera de hormigón superior que da sustento a la calle, sí que se han caído los sillares que conforman el pretil superior de la muralla a lo largo de varios metros.

Ledesma, que tiene la protección urbanística más alta al estar reconocida como Conjunto Histórico, conserva en la actualidad aproximadamente 1.500 metros de muralla, que ha tenido distintas reconstrucciones a lo largo del tiempo debido a su antigüedad, ya que sus primeros tramos cuentan con vestigios que permiten datarla en la época romana.

La zona de la muralla en la que se han producido los dos últimos desplomes, el de 2016 y el actual, está datado entre los siglos XII y XIII, según reconocieron los expertos tras el anterior desplome del monumento.

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