Secciones
Destacamos
25 de Abril: Viva la Revolución
Hoy celebramos el 46 aniversario de la “Revolución de los Claveles” en Portugal, y digo celebramos porque yo, antes ... de ser español, soy ibérico; Iberia dibuja mi mapa genético y el Duero, el Ebro, el Tajo, y el Guadiana son el sistema linfático que lo riega.
Y hoy, 46 aniversario de aquella Revolución tranquila, y recordada desde esta pesadilla político-sanitaria que ahora vivimos, ardemos -ardo- en deseos de levantarnos contra este sistema opresor liderado por Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y por toda una patulea de bufones, hijos de una España democrática y culturalmente tullida, podrida de bienestar, y revanchismo por el revanchismo. Y así llegamos hasta aquí, así son quienes han dejado entrar el coronavirus, a lo grande, quienes han hundido el Estado constitucional (la Monarquía la tienen a tiro de piedra). Así son quienes nos han encerrado en nuestros hogares-prisión. Así son ellos, tienen nombres y apellidos. No son políticos, son nuestros sicarios, sicarios a sueldo, el que pagamos nosotros, borregos que aplaudimos, no a los sanitarios, no a los periodistas, no a los agricultores: aplaudimos el asalto al poder, los chaletazos con jardín (de Vallecas al cielo), las lunas de miel de un mes en Nueva Zelanda, la corrupción, la ignorancia; aplaudimos al burro de la clase, el ideal político de Zapatero al fin cumplido en toda su extensión. Todos de rodillas.
Hoy celebramos el 46 aniversario del regreso festivo de una democracia con su mejor foto, los claveles en la boca del fusil; y aquí, en esta parte de Iberia, lloramos, lloro hoy, un día más, la agonía de nuestra democracia, asfixiada por una panda de comunistas, de amigos íntimos y a comisión de los genocidas de La Habana, de Caracas, de Teherán; amigos íntimos de los nazis de Cataluña y de los hijos de la gran puta de los asesinos de ETA, cuyos muertos también aplaudíamos los borregos en esta España de fútbol y cañas... Siempre lo escribía escandalizado y me releo ahora con pesar: en España te pegan un tiro en la nuca y te aplauden en tu funeral, no te jode... Los aplausos para la orquesta, para el premio Nobel de Química, para Rafa Nadal, para quienes construyen lo excepcional, lo diferente, lo único. El resto construimos la civilización, educamos, conducimos un camión, luchamos contra el cáncer, o sembramos trigo. Y votamos. Y de aquellos votos, estos lodos. Por eso, hoy más que nunca, necesitamos hacer la revolución, la revolución de las personas y de las flores. La revolución de la Libertad, con mayúscula.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Sigues a Juan Carlos García Regalado. Gestiona tus autores en Mis intereses.
Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.
Reporta un error en esta noticia
Necesitas ser suscriptor para poder votar.