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La recuperación de la vida normal tras el obligado enclaustramiento del maldito coronavirus nos lleva a retomar el alegre disfrute de aquellos pequeños placeres de ... la vida social que nos fueron vedados durante el aherrojamiento domiciliario. Uno de esos placeres es el de volver a relacionarnos con nuestros semejantes en los benditos lugares donde degustábamos antes del encierro los cotidianos cafés, aperitivos, refrescos y productos destilados o fermentados de distinta factura y añada. Por supuesto que la vertiente gastronómica ha de cobrar renovados ímpetus, ya sean carnívoros, veganos, vegetarianos o en cualquiera de las modalidades de consensuada aceptación culinaria. Ábrase la hostelería y adentrémonos, convivientes y con-bebientes, en el arrobamiento del yantar, en su comercio y su bebercio.

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lagacetadesalamanca Vino o cerveza