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El interés por ver la Salamanca de Amenábar y Unamuno puede desviar la atención del fondo de la película de moda, que cada ... uno interpretará según su criterio. Una Salamanca, de paso, a la que le faltan vecinos; se diría que es una Salamanca vacía o vaciada. Esa Salamanca tranquila hasta la mañana misma del levantamiento militar, retratada en la nueva entrega del matrimonio Rabaté (“Miguel de Unamuno. 1864-1936”), que irá viendo cómo se tensa el ambiente con las noticias en voz baja de los ajustes de cuentas, que llegan en la película de la mano de Salvador Vila, salmantino, arabista, discípulo de Unamuno, desterrado como don Miguel por Primo de Rivera, rector interino de la Universidad de Granada, detenido en Salamanca durante sus vacaciones y fusilado en la tierra de Federico García Lorca; su biografía es apasionante y desconocida por la mayoría de sus paisanos, e igual podría considerarse para él algún reconocimiento. Durante su estancia dramática en Salamanca, esta se militariza con el Cuartel General de Franco, a escasos metros del Paraninfo, donde ocurrió lo que ocurrió y que no acaba de detallarse con precisión al día de hoy, y quizá nunca se consiga. Severiano Delgado, bibliotecario salmantino, en su recién publicada y aún caliente “Arqueología de un mito” recoge relatos del acto en el Paraninfo, con el muy destacado de Luis Gabriel Portillo Pérez, al que tantos recurren, unos citándolo y otros no. Portillo fue profesor de Derecho en Salamanca en los años treinta, asistió y tomó nota de lo ocurrido aquel 12 de octubre, Día de la Raza, publicándolo en 1941 en la revista “Horizon”. Para entonces, ya estaba en el exilio, donde nacería su hijo Michael Portillo, que fue ministro británico con Margaret Thatcher y John Major y entre otras cosas presentador de documentales de viajes en tren con una gastada guía “Baedeker” en las manos, al que pudimos saludar no hace mucho de visita en Salamanca. Probablemente los viajes y los desengaños políticos le hayan desprendido de su antigua capa de euroescéptico. En Ávila, la tierra natal de su padre, reconocía que lo del Brexit era un lío tremendo y no se atrevía a vaticinar qué pasaría. Son algunas derivadas de la película unamuniana. Algunas de las muchas derivadas. Pero, insisto, podría ocurrir que como aquellos que van buscando a la rana universitaria, solo vean a esta y se olviden de todo lo demás. Una película de la que se sale, por lo demás, serio.

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lagacetadesalamanca Vila y Portillo