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Hace más de treinta años, estando de prácticas en la revista Tiempo, me encargaron mi primer reportaje. Tenía que indagar sobre los embarazos no deseados ... en la adolescencia, que ya por entonces se andaban multiplicando. En aquel tiempo no había ni Ley de Violencia de Género ni protección de ninguna clase para las mujeres (o niñas) que quedaban “marcadas” por algo tan feo como ser madres cuando no tocaba y sufrían el “castigo correspondiente”. Así que las ”pobres desgraciadas” que “habían sido malas”, solo encontraban ayuda y consuelo a través de la caridad de algunos lugares como el Centro Norte que yo visité. Aquel era uno de esos sitios que una quisiera olvidar, donde las mujeres -las niñas- parecían no tener esperanza, abandonadas a su suerte tras haber sido echadas a patadas (muchas veces de forma literal) de sus casas. Me estremece recordarlo y me enorgullece pensar todo lo que se ha conseguido para el bienestar de la mujer y en el camino de la igualdad. Por eso yo, que llevo siendo feminista de por vida, enfrentándome a miserias y complejos masculinos y poniendo mi empeño y mi esfuerzo en conseguir que nuestros derechos se amplíen, hasta que un día consigamos, por fin, que sean idénticos a los de los varones, me enervo al ver cómo algunas personas, supuestamente “por nuestro bien”, nos están haciendo tanto daño. Y apunto, una vez más a Irene Montero. Perdónenme que, en estos días en los que desde las filas de Podemos se ha señalado en nombre de la meritocracia a Marta Ortega, mujer preparada, con currículo profesional, además de heredera legítima, recuerde de nuevo que la ministra de Igualdad ha llegado a serlo sin experiencia de ningún tipo y después de haber sido nombrada a dedo por el entonces líder de su partido, que no era otro que su pareja. Esto, que debería servir (porque además no es el único caso) para que en Podemos se dieran un punto en la boca al hablar de meritocracia, se suma a muchas estupideces/barbaridades que la ministra hace desde ese Ministerio. Lo último es que, a partir de ahora, las mujeres serán consideradas víctimas de violencia de género, aunque el acusado sea absuelto... Como lo leen. Y yo me pregunto, si esto es así ¿para qué vale lo que diga el juez? Y ¿no habrá mujeres o sus abogados o adláteres que se aprovechen de que aquí solo con decir que se es víctima se es víctima? ¿O es que acaso todas las mujeres somos buenas, todas actuamos siempre como corresponde y todas decimos la verdad? ¿En serio esto es legal, aunque lo haya publicado el BOE? ¿Este es el camino hacia la igualdad? ¿No es esta otra forma de discriminación?
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