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EN todo barco siempre hay alguna rata. Se acomodan entre los mamparos, cuando están en los arsenales, o suben como polizones, trepando por las amarras, ... cuando los navíos están abarloados en el puerto. Ya se trate de las galeras de Bazán o del mastodóntico Knock Nevis; las ratas forman parte del barco. Pero estas piojosas, saboteadoras de sentinas y transmisoras de enfermedades y pestes, tienen algo bueno y es que siempre corren en dirección contraria al peligro.

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lagacetadesalamanca Un mal presagio