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El apagón de algunas redes sociales hizo creer a muchos que llegaba el apocalipsis, el fin de los tiempos, como cuando el Terremoto de Lisboa ... hizo sonar las campanas salmantinas, incluida la formidable María de la O del famoso dicho y de las canciones de Ángel Rufino de Haro, Mariquelo. Iban algunos como pollo sin cabeza y otros con la mirada perdida en la pantalla del móvil, muerta, sin wasaps, incapaz de trasladar a Instagram el plato elegido o ese episodio vital extraordinario que los adictos comparten sesenta veces por minuto.
El apagón tuvo hechuras de Armagedón. Un drama. Una turbación indescriptible. Para quienes las redes sociales son lianas a las que se agarran para ir y venir, perderlas les produjo un desamparo digno de ser abordado en el Fácyl que acabamos de estrenar. Si en el Armagedón el bien y el mal luchan, en la ciudad se enfrentan la modernidad del Fácyl con el clasicismo de la Salamanca Barroca y sus adictos melómanos, que anoche reinició su nueva temporada, como en su día chocaron el Padre Cámara y Pedro Dorado Montero, reconocido ahora como Hijo Adoptivo de Salamanca, cuya medalla se entregará en breve. También tendrán reconocimiento Jesús María Vicente, funcionario municipal, gran mediador; el colectivo sanitario, que ha sacado estos meses pandémicos todas las castañas imaginables del fuego, y este diario que tiene en sus manos, que es más que centenario y recibirá la Medalla de Oro de la Ciudad. Cuando esto ocurra en el Liceo, me vendrán a la memoria muchos “gacetiles” que ya no están con nosotros y conocí porque uno tiene una edad y estaba aquí. La Medalla de Oro también es suya.
Dorado Montero falleció un año antes de que LA GACETA proclamase su “fe de vida” y sobrevivió tres lustros al famoso obispo, probablemente el más teresiano de todos. El lunes, Charo López emocionó con los versos de Santa Teresa, al lado de su sepulcro y a la hora en que fallecía cuatro siglos antes. Ya dije que quienes han escuchado a nuestra actriz recitar recientemente nos habían dicho que escucharla era algo místico. Pues imagine en Alba. Todo se turbó. Y no precisamente por el apagón de redes, que en la iglesia carmelita de la Anunciación no tienen por dónde entrar. Pero también el apagón turbó lo suyo. Charo es mucha Charo. El año que viene se cumplirán cien años (10 de enero de 1922) de la petición al gobierno universitario salmantino del honoris causa para la Santa de Alba, cuya investidura tuvo lugar en el Paraninfo el 6 de octubre de 1922, o sea, hoy hace noventa y nueve años. Apenas hay registro fotográfico de aquello, pero sí crónicas periodísticas, incluida la de este periódico, y objetos que se muestran en el museo carmelitano, impuestos a la imagen de Santa Teresa por los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, según crónica del “gacetil” Pedro G. Gutiérrez.
Aviso: han vallado la Plaza del Campillo. No es el vallado que rodeó la plazuela cuando se construyó el aparcamiento subterráneo, pero es igual de eficaz. Ni juegos infantiles, ni terrazas, bancos inaccesibles, los paseantes de Cruz Roja se concentran ahora más lejos para su caminata... en fin, los inconvenientes propios de estas acciones urbanas. Ya lleva unas cuantas reformas esta antigua Plaza de Olleros, donde siglos atrás ollas de barro y otros cacharros alfareros se secaban al sol, que pudo ser mercado. Fue, esto sí, parada de coches de línea y berrocal urbano antes que aparcamiento subterráneo y superficie enlosada y con esculturas que recuerdan juegos infantiles casi se otro tiempo. De cuando las redes sociales ni existían ni eran esperadas y el apocalipsis era otra cosa, así que imagine de cuándo le hablo.
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