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En sintonía con los días que vienen el escritor Luis García Jambrina regresa al mundo literario de los muertos a los que da vida ... con “tinta enlutada” a modo de elixir. Esta semana presenta “Muertos S.A”, su vuelta al mundo de los cuentos, con ese punto “necro” y “negro” de su estilo y su estética. No todo iban a ser “Manuscritos” y cuadernos unamunianos, aunque Unamuno aparece en uno de los cuentos, “El último café”. Un poco de descanso a Fernando de Rojas está bien y lo tiene ganado. Además, ya lo he dicho, vienen fechas funerarias como anuncian las floristerías y pastelerías con sus huesos de santo y buñuelos. Comer huesos de santo nos hace mejores y por cada buñuelo que ingerimos sacamos un alma del Purgatorio, así que no nos demoremos. También esta semana estoy citado al homenaje de alguien que de verdad lo merecía: Dámaso García Fraile. Catedrático universitario de Musicología, organista, investigador y activista cultural, han dicho algunos. Lo era. A principios de los años setenta -tiempos complicados- vio la luz en Salamanca un grupo musical llamado Tlaloc especializado en musicar textos de poetas no siempre conocidos. Tuvo varias formaciones y todas ellas fueron apoyadas por García Fraile y empujadas por éste a presentar sus trabajos en el teatro universitario “Juan del Enzina”, donde tuvieron su última actuación en enero de 1985. Ahora, este martes, a las ocho y media, el “Juan del Enzina” recupera la música de Tlaloc para el homenaje a Dámaso, en el que participarán Jesús Málaga y Matías García Fraile, hermano del profesor y músico, y que se debe en buena medida al impulso del músico Quini Sánchez, un Salinas de nuestro tiempo, miembro ilustre de aquel grupo. Dámaso también estuvo vinculado a la inolvidable Sociedad de Conciertos y al Centro de Estudios Salamantinos. Falleció el pasado mes de abril. Cuando Tlaloc veía la luz salían de la Facultad de Derecho muchos de los que se han dado cita ayer en Salamanca para celebrar sus bodas de oro, las 50 + 1, etc... y entre ellos Leopoldo Sánchez Gil, Celia Fernández Mañueco, José Luis Manzano, Encarna Grande, María Belén Oscacar, José Javier Arce, Manuela Rodríguez Palazuelo..., en fin, muchos . Todavía entonces contar según qué cosas de Unamuno no estaba bien visto. Asuntos de política, la misma que protagoniza la exposición en Fonseca “Miguel de Unamuno y la Política” con el sello de los Rabaté y Ana Chaguaceda, que termina en la “Guerra Incivil”, pero en la inauguración alguien me contó que podía haber ido más allá con las prohibiciones y censuras en la postguerra con sello eclesiástico, en algunos casos. Tiene recorrido el asunto, como casi todo lo que se refiere a don Miguel, incluida su “doble muerte”, según Manuel Menchón y García Jambrina.

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