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El inventor de la telegrafía sin hilos fue el alemán Heinrich Rudolf Hertz, descubridor de las propiedades de las ondas electromagnéticas, recibiendo hoy su nombre ... la unidad de frecuencia. Oliver Joseph Lodge, inglés, descubrió las propiedades del cohesor, aparato indispensable para poder recibir las señales y el francés Edouard Branly trabajó en su perfeccionamiento. Guglielmo Marconi, italiano de Bolonia, tuvo la habilidad de pasar de la teoría a la práctica construyendo aparatos de telegrafía sin hilos y patentó el invento, ofrecido a capitalistas ingleses que comenzaron a explotar el negocio. Se crearon otras compañías: Sociedad Radiotelegráfica Francesa, Fores, estadounidense, Poulssen, danesa o Telefunken, alemana.
Marconi en el mes de mayo de 1912 visita Madrid y coincidiendo con esta visita llega a Salamanca, el 5 de junio, una expedición militar al mando del teniente de Ingenieros Andrés Fernández Mulero al que acompañan 2 sargentos, 1 cabo, 4 soldados y 3 marineros, con objeto de instalar un aparato alemán Telefunken (tele: lejos, funken: chispa) que establezca la comunicación por telegrafía sin hilos con Madrid, Barcelona, Peñafiel, Valdepeñas, Ferrol y otros puntos de la península.
Queda instalada la estación ambulante, valorada en 70.000 pesetas, el día 6 de junio, en el Alto del Rollo por su frente libre de árboles, constando de un mástil, que tiene 29 metros de altura, con antena tipo paraguas y contra-antena de igual forma, pendiendo 12 hilos de cada una, estableciéndose por la tarde la primera comunicación con Madrid y Barcelona, desplazándose las ondas a la velocidad de la luz (300.000 km/segundo) y con un alcance de 250 kilómetros. Por la casa Telefunken es asistida la base por el mecánico Her Paffen.
Se trata de una de las estaciones mejor dotadas, siendo la mejor de las fijas existentes la de Carabanchel, mandada por el capitán salmantino Mariano Monterde Hernández, cuyo alcance era de 4.000 km. Desde Salamanca la más difícil de captar fue la de el Ferrol, debido a las montañas y al arbolado.
En una tienda de campaña se encuentran todos los aparatos que componen la estación. Para la transmisión, una dinamo excita un alternador de alta frecuencia que manda la energía a un circuito de carga, que pasa a otro circuito oscilante, donde salta la chispa, que luego lo hace al abierto de antena que es la encargada de irradiarlo al espacio para que se difunda por el éter y llegue a la estación receptora.
En la instalación receptora se recogen las ondas que impresionan los radiogramas en los serre-têtes que llevan acoplados los telegrafistas.
Como reminiscencia de la telefonía sin hilos, cuando el domingo 11 de abril de 1926 nace Radio Salamanca se denomina: EAJ-22, que se desglosa en la E, de España, la AJ, código utilizado para las estaciones de telefonía sin hilos y el 22, número que le correspondía por la antigüedad de su fundación.
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