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El espectáculo político de esta temporada, sin ser teatral, nos ha obsequiado con deliciosas muestras del lenguaje del absurdo, tales como las juras, promesas y ... seudoacatamientos de algunos diputados en el hemiciclo o las declaraciones de los aspirantes a formar gobierno y sus vicarios validos, las cuales bien le podrían haber servido de inspiración a Samuel Beckett. Por eso, no sé si es casualidad que su “Esperando a Godot” se esté representando con gran éxito en el teatro Bellas Artes de Madrid, capital de las pluriespañas.

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lagacetadesalamanca Teatro del absurdo