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Sobre los años cuarenta del pasado siglo una docena de jóvenes formábamos grupo en la acera de Primitivo Muñoz, frente al Liceo, esperando la salida ... del jefe de la “claque”, que entonces era Vicente Alonso, (con el tiempo conserje mayor del Ayuntamiento), para que eligiera y entráramos algunos al teatro con la misión de iniciar los aplausos desde “el gallinero”.
De aquellos tiempos recuerdo el día en que el joven barítono Esteban Astarloa Zubia, había nacido en 1917, padre del que luego fue destacado político Ignacio Astarloa Huarte-Mendicoa, recibió a mediodía la noticia del fallecimiento de su padre fuera de Salamanca y por la tarde obligó a que subieran el telón y sobreponiéndose al dolor cantó maravillosamente su papel de Puck en “Las Golondrinas” de José María de Usandizaga lo que le valió una enardecida ovación sobre todo en el racconto “Se reía”, por lo que tuvo que salir reiteradamente a escena para dar las gracias, inundado de lágrimas. Su esposa Lina Huarte, también fue una excelente soprano, que interpretó el papel de Adelina Patti en la película “Gayarre” junto a Alfredo Kraus.
La compañía de comedias de Luisa Puchol y Mariano Ozores pasó por Salamanca en varias ocasiones dejando un excelente recuerdo y dando motivo a divertidas anécdotas. Se representaba “La venganza de don Mendo” y en un determinado momento el carcelero ofrece al reo una sucia escudilla con la bazofia que contiene el rancho y el preso raudo le espeta: “Toma, maligno bufón / y corta de la cartilla el cupón”. No olvidemos que nos encontrábamos en la posguerra y era imprescindible la cartilla de racionamiento para poder subsistir.
Con la misma obra, en otra ocasión, el propio don Mendo se dirige a uno de los personajes, no recuerdo a cual, y le dice: “No frunzas más ese ceño / es por demás importuno / que la Unión al Cacereño / le ha ganao por cuatro a uno”, que era justamente el resultado al final del partido de aquella tarde en el desaparecido campo del Calvario.
En otra ocasión Antonio Casal que había formado compañía, tras su éxito en la película “Huella de Luz”, representaba ésta obra adaptada a la escena por el salmantino José Juanes y en un momento determinado había de beber agua de una jarra al tiempo que le daban una sorpresa con lo que el líquido expulsado por la boca fue “espurriado” con tan mala suerte que, hallándose muy cerca del proscenio, empapó a tres encopetadas señoritas que se encontraban en la primera fila de butacas de patio. Le faltó tiempo para arrodillarse ante ellas y con las manos en actitud implorante pedirles perdón, que le fue otorgado, en medio de grandes risas, por parte de las señoritas.
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