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Al loro

Montoya, por favor

Lo de «La Isla de las Tentaciones», fenómeno ya internacional, vale para Gallardo, el hermanísimo o también para Karla

Sábado, 8 de febrero 2025, 07:46

Que pasa algo bueno o algo malo, que da igual, esto es un «Montoya, por favor». Si un futbolista de un equipo, cualquiera ya del mundo, hace una jugada con carrerón es un «Montoya, por favor» y de los de manual. Porque para un «Montoya, por favor», lo ideal es una carrera, una huida. Pero hay variantes de todo tipo, porque parece que todo le queda bien a ese «Montoya, por favor». Si ese o aquel falla un triple, sería un «Montoya, por favor». Lo del «trata de arrancarlo, Carlos», también. Y es un «Montoya, por favor. Montoya, ¡vuelve!», el vídeo con las mejores imágenes de la carrera de Nadal.

El fenómeno de «La Isla de las Tentaciones» sirve para todo, y es deporte y es política, o lo que sea. Y si no lo dices o no lo entiendes, como que te falta algo. Es el recurso. Una expresión que lo dice todo y no dice nada. En lo que haya una carrera, ahí está. Como la de Gallardo para largarse de Vox y sin mirar atrás y aquí no hay Sandra Barneda que le retenga. En ese caso es «Montoya, por favor» sin «Montoya, ¡vuelve!» porque a Abascal como que le puede dar algo. Que Gallardo ya es otro amortizado y ahora lo que se lleva en Vox es lo de mirar hacia Orbán, Salvini o Le Pen, que es otro «Montoya, por favor», pero distinto.

Y es un «Montoya, por favor» lo del hermanísimo, lo de David Sánchez Pérez-Castrejón. Y lo es porque es un carrerón hacia no se sabe dónde y no se sabe bien la razón, porque tenía que estar tan a gusto en la Diputación de Badajoz, sin saber dónde estaba ni su despacho. Que era tan feliz, que se lo dieron a una secretaria durante su excedencia y él, alto cargo, que fenomenal, que no pasa nada. Es un «Montoya, por favor», de los de ¿cómo dejas un chollo de 53.000 euros ? Y por un lío en el que te has metido tú solito, con una declaración ante la jueza que nos dejó con un «Montoya, por favor». Que parece que ha sido investigar al asesor de Moncloa que le llamaba «hermanito» y comenzar a correr.

Es esa imagen mítica. Octava temporada de «La Isla de las Tentaciones» y el sevillano Montoya que ve cómo su novia le es infiel. Sale corriendo por la playa hacia la casa donde está su pareja y Sandra Barneda, que lo borda, que va detrás, con su «Montoya, por favor. Montoya, ¡vuelve!» que ha dejado a medio mundo envuelto en un «ay». ¿Cómo no va a ser el «Montoya, por favor», un fenómeno internacional? Dicen que digno de un Oscar. Y quien dice un Oscar puede decir un Goya. Y aquí llega Karla.

Había una vez una actriz a la que no dejan dejar de correr, a lo Montoya. Resulta que ha decidido no ir a los Goya, porque no quiere líos, y tampoco aparece ya en la promoción de los Oscar, porque la han cancelado todo lo cancelable. Hasta su libro. Que cuando empezó la carrera por el Oscar era un «Montoya, por favor», pero para muy bien, como primera actriz española trans nominada. Y ahora, los mismos que decían eso, le sueltan el «Montoya, por favor», pero en plan mal, feote. De no quererla ver. De que salga corriendo por la playa y se pierda. De despedir a Sandra Barneda si sale detrás. Y es bien duro. Te parezca bien lo de la nominación, o no. O no estés de acuerdo en que debería ser a la mejor actriz. Es un Montoya, por favor, pero de los de ¿qué ha pasado? Que los que defendían que era una gran actriz no puedan ahora verla ni en pintura por unos comentarios en redes en los que se metía con todo. Y que ahora a los que la aplaudían, les parece de Vox. Y parece que alguien de Vox no puede ganar un Oscar ni un Goya. Aunque sea la interpretación de su vida. «Montoya, por favor». Y, en cambio, el director de la peli, que dice que el español es un idioma de pobres, no tiene que correr. Pues eso: «Montoya, por favor».

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