Borrar

Solo quiero ser feliz

Martes, 21 de julio 2020, 05:00

A punto de marcharme de vacaciones, si el COVID lo permite, me llama una buena amiga y me cuenta una historia de esas que te ... dejan el alma al aire. La protagonizan dos chicas que trabajan en un club de alterne. O mejor dicho, que trabajaban. Porque murieron tras ese episodio, que apenas ocupó media página de periódico, a principios de junio. Una joven rumana, víctima de trata, esclavizada, con su vida acotada a un burdel cercano a la localidad asturiana de Llanes, no aguantaba más y decidió suicidarse tirándose a la vía del tren. Su amiga y compañera, de nacionalidad dominicana, quizás más fuerte que ella o tal vez con más familia a su espalda a la que “salvar” con su miserable ocupación, trató de convencerla de que no lo hiciera. La discusión fatal les costó la vida a ambas, al grito desgarrador de “solo quiero ser feliz” que dejó en el viento la primera de ellas. Lo de menos es de dónde procedieran. Lo más terrible, que el club en el que trabajaban sigue ahí, impertérrito, viendo pasar mujeres captadas en sus países de origen, engañadas, atadas por una deuda infinita y por el miedo a que les pueda ocurrir algo a sus seres queridos o a ellas mismas si no cumplen con lo que les exigen los proxeneta, si denuncian, si se escapan... Para tantas de estas mujeres no hay salida. Por eso algunas se la buscan en otro universo que piensan que será más justo y bello que el nuestro. Y, definitivamente que el suyo. Exista o no.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Marta Robles. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Solo quiero ser feliz