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La presencia en Salamanca de Silvia de Suecia, reina en ejercicio, y Sofía de Grecia, reina emérita también en ejercicio, es algo que nunca ... se había visto. Si hubiera estado con ellas la reina Letizia, estaríamos ante una conjunción astral que ríase usted del Cielo de Salamanca, de Fernando Gallego. Dos reinas en el Paraninfo, donde ayer se concentró mucha esperanza en que las enfermedades neurodegenerativas estén más cerca de su final gracias a la ciencia. Hay investigadores trabajando en ello y eso es importante, como me decía Maribel Campo, directora del Centro Estatal de Referencia de Alzheimer, espacio que recibe las novedades científicas como el campo acogía el agua del cielo en mayo tiempo atrás. Con los brazos abiertos. No va a ser fácil. Hoy, el Alzehimer no tiene cura y los datos ofrecidos en la inauguración del congreso de enfermedades neurodegenerativas apuntan a que los casos se van a triplicar en los próximos años. Ahí tenemos en la trinchera de la investigación a Ángeles Almeida y Juan Pablo Bolaños, salmantinos, escrutando los entresijos de las neuronas o los astrocitos, o sea, su comportamiento porque parece que ahí está la clave. La inauguración del congreso contó con los discursos del alcalde, Carlos García Carbayo, que se atrevió con el inglés, y Ricardo Rivero, que modificó “lo que natura non da” por “lo que natura nos da”, arrimando, así, el ascua a la sardina de la investigación, sanidad y prevención. Recordó que en la cuna de los derechos humanos y la dignidad humana, Salamanca, sabemos de la importancia del cerebro hasta admitir que sin él seríamos otra cosa. Esperamos que a todo el arsenal científico relacionado con el cerebro –Instituto de Neurociencias, IBSAL, Inico, Centro Estatal de Referencia del Alzehimer...--se una pronto ese centro nacional de biotecnología en el que la inteligencia artificial puede aportar su grano de arena. Una vez más volvió a sorprenderme la naturalidad y buen rollo de un premio Nobel en la cátedra, en este caso Thomas Sudhof, que recordó que estaba en la ciudad de Unamuno, a quien el pensamiento, vinculado al cerebro, tanto ocupó y preocupó, y por eso aseguró don Miguel que el cerebro de los españoles era “cojunudo”: “en la mollera tienen testículos en lugar de sesos”. Así era nuestro vecino. En fin, acostumbrado a estirados conferenciantes de aquí y de allá hablando de cualquier intrascendencia, la naturalidad de Sudhof desgranando lo que sabemos del Alzheimer, resulta ejemplar, como la de dos reinas paseando por la Plaza Mayor, dejándose agasajar por la tuna y disfrutando de una cena como dos amigas. Igual las vemos de nuevo por aquí.
La inauguración del NEURO coincidió con los primeros minutos del verano. Quién lo diría a la vista del sofocón de la semana pasada, que parecía una de esas del “ferragosto” salmantino, cuando las lagartijas buscan la sombra como alma que lleva el diablo. Ahora, sin embargo, disfrutamos de unos días con hechuras de primavera, que han enfriado el agua de las piscinas, pero va a cambiar si hacemos caso de los expertos del tiempo, que ayer en Salamanca auguraron un verano seco y cálido en la Comunidad, según el delegado de AEMET Manuel Mora. Es curioso que a todos los que he comentado este dato me han respondido que como siempre, que todos los veranos son secos y cálidos. Me lo han dicho como si esperasen algo más dramático del tipo “será un verano infernal” o un “huyan” o “lo de la semana pasada no fue nada comparado con lo que viene”. Que puede ser. De la comparecencia de Mora me quedo con la idea de que los veranos serán más largos, algo que a los que tenemos los treinta días de vacaciones tasados nos da igual, pero quizás a los niños se les hagan eternos los veranos. Recuerde sus vacaciones de la infancia y alárguelas un par de semanas. Pues eso. Intuyendo que el verano será seco y cálido, y que se hará largo, el personal se ha apuntado a las vacaciones como si no hubiera un mañana, que quizá no lo haya, y estos días quedaremos en Salamanca los de guardia y los estudiantes extranjeros aplicados a un tinto de verano, ahora que se recuperan las ventas de vino, en cualquier terraza.
Y lo dicho, majestades: regresen cuando quieran, que las esperamos.
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