Borrar

No es que del cerdo se aproveche todo -hasta los andares, dicen- sino que con sus carnes se puede hacer de todo, por ejemplo, helado ... de torreznos. Lo vi ayer en el Foro del Ibérico con estos ojos. Su creador, Fernando Sáenz, ya lo hizo con el vino, que también tiene sus dichos y refranes. Realizó más creaciones, pero todavía ando colgado con el helado de torrezno y me pregunto si alguno de los hosteleros presentes sería tan amable de incorporarlo a su carta. El añorado “Graci” -Graciliano Pérez- decía que con ibérico cualquier vino maridaba bien, lo cual, supongo, vale para el helado de torrezno. Antaño, este día de San Miguel comenzaba la vendimia por orden del Fuero de Salamanca y todo se paraba. Eran tiempos en los que la ciudad estaba rodeada de majuelos y el vino era alimento, que, digo yo, ya podría el alcalde, Carlos García Carbayo, haberse acordado un poco de las viñas en vez de tanta tomatera y tanto calabacín y fréjoles en los huertos urbanos, que hoy se ven pocas parras en el municipio, aunque alguna, eso sí, tiene título de ilustre, como la de la Casa Museo de Miguel de Unamuno, visible desde la calle Calderón de la Barca, que cada otoño vendimian los funcionarios de la casa con su directora, Ana Chaguaceda, al frente. Da uva con todas las letras, como le contarán si hoy visita la Casa Museo; es gratis por coincidir con el nacimiento de don Miguel. El callejero tiene, por su parte, alguna que otra referencia al vino, como la calle Bodegones. Y no faltan uvas en el patrimonio artístico salmantino, talladas o pintadas. Viva el vino, que diría Mariano Rajoy. Y el torrezno ibérico.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Santiago Juanes. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca San Miguel