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Se podría decir que toda relación interpersonal tiene que pasar por distintas fases. Las mariposas en el estómago, la ilusión de verse, las primeras miradas, ... los primeros roces, esas primeras noches que terminan al amanecer, cuando se afianza la relación, la confianza, la complicidad, el respeto... hasta llegar, tal vez, a la ruptura. Aquello de “se les rompió el amor de tanto usarlo”. Eso les ha podido pasar al PP y a Vox en la Comunidad de Madrid. La relación iba bien, se querían, se respetaban, no se decían muchas cosas bonitas pero ahí estaban, conviviendo en la Asamblea de Madrid. Hasta que han roto. En realidad ha sido Díaz Ayuso quien les ha puesto encima de la mesa el divorcio exprés. Unos presupuestos sin el voto a favor de los de Abascal y unas elecciones en dos meses han provocado el desgaste de la relación.
Nada que ver a como fluye en Castilla y León. Hay días que protagonizan aquellas “escenas de matrimonio” que se veían en la televisión. Que si tú has dicho, que si yo no he dicho, que si esto lo he aprobado yo y que si los otros no sabían nada. Pero ahí siguen. Conviven y siguen adelante. En mayo se libran de pasar por las urnas. Y tal vez por eso el presidente Alfonso Fernández Mañueco, venido arriba, se despachó con una infantil peineta contra una procuradora socialista. Y como este matrimonio, de momento, parece gozar de buena salud tanto el vicepresidente Juan García-Gallardo como el líder de Vox, Abascal, salieron en su defensa.
Se esperaba otra crisis de gobierno en la Moncloa, pero no ha llegado la sangre al río. Ni ruptura ni reproches. Salen dos ministras para presentarse a las elecciones y entran dos ministros. Salen dos mujeres, entran dos hombres. A los de Unidas Podemos, ni tocarlos. A pesar de que podría beneficiar a Sánchez de cara a los comicios del 28 de mayo en los municipios y las comunidades en toda la legislatura no se ha atrevido a cambiar a ninguno de ellos, ni de ellas, aunque tuviese infinidad de motivos para apartarlos del gobierno.
Pero ya tienen bastante en la extrema izquierda con sus devaneos. Rupturas también en Podemos pero aparecen nuevos matrimonios. Yolanda Díaz se une a Íñigo Errejón y afloran los ataques de cuernos. Ella ‘Suma’ y las teledirigidas por Pablo Iglesias se dividen. Irene Montero e Ione Belarra aún no han decidido dónde ubicarse, a la espera de que el mando supremo, el líder emérito, dé la orden.
En realidad, al presidente del Gobierno, a Sánchez, no le interesa romper con sus socios, más allá de la coalición, porque podría volver al Palacio de la Moncloa en diciembre con la misma suma que lo hizo en 2019. La incógnita será cómo queda Podemos con la inmersión del proyecto de Yolanda Díaz. Pero con los que puede contar sin problemas es con ERC y EH Bildu. La ruptura está salvada a corto plazo. Los líderes independentistas condenados ya están en la calle y sus penas han sido rebajadas gracias a la reforma del Código Penal aprobada por el Gobierno. Los volveremos a ver al frente de las instituciones catalanas en poco tiempo.
Y lo peor, a quienes volveremos a ver liderando ayuntamientos o incluso viviendo en Ajuria Enea será a los líderes de EH Bildu. Arnaldo Otegi, lehendakari. Con estos no se rompe. El plan de acercamiento de presos etarras a las cárceles del País Vasco y Navarra se ha completado. Ni uno lejos de casa. Ni de la puerta de salida. El fin es la amnistía y cada vez está más cerca. Tal vez una sola legislatura más de este PSOE.
‘Amaia’ no es una dulce cantante de letras de amor, es una de las terroristas más sanguinarias de ETA, pareja del etarra ‘Txapote’, y ha sido la que ha puesto el lazo al plan de acercamientos de los miembros de ETA que cumplen condena, un plan orquestado por el ministro del Interior, Grande-Marlaska, que tal vez no se acuerden, pero fue uno de los jueces más duros en la lucha antiterrorista. Y claro, así está la izquierda abertzale, hincando rodilla, suplicando a Podemos y Sumar que se entiendan para reeditar este gobierno. Están encantados. Aflora el amor. Aquí no hay rupturas, solo regalos y concesiones.
Casi todos quien romper con sus socios. Demasiados procesos electores en pocos meses. Pero recuerden, a la hora de votar, piensen en quien fue más sincero en estas cosas del amor.
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