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El jubiloso encuentro de la Virgen de la Alegría con el Cristo Resucitado, ¡aleluya!, en coincidencia con el mismo estallido de la vida con el ... que la primavera nos arranca también de la muerte, inflan el corazón de optimismo y seguridad. Poco importa el resto, si hubo Uno que venció a esa misma muerte para nuestra salvación.

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