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Se ciernen nubarrones que acechan la libertad conquistada con sangre, sudor y lágrimas, por una gran parte de una humanidad que huía de la esclavitud. ... La pandemia ha puesto bozales y los acontecimientos en otras partes del mundo, harán que los ojos de muchas mujeres se escondan del miedo tras unas rejas de hilo. Recuerden “cuando las barbas de tu vecino veas pelar... pon las tuyas a remojar”. El miedo que se asienta entre nosotros desde el atentado de las Torres Gemelas, con la pandemia se ha intensificado de manera exponencial. ¿Qué está pasando para que miremos donde miremos, todo parezca un puro disparate cambiando a velocidad de vértigo? Nada parece fluir hacia mejor y lo que intuimos que emerge, es tan obscuro que sólo pensar en su extensión, hace que se nos encoja el alma y el estómago. El miedo se nos ha instalado a la puerta de cada uno y como una araña, que no acertemos a ver, teje sus hilos constantemente y sin descanso en nuestro derredor.

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