Reconocimientos

Esta semana he tenido muy presente a Ángel Carril. Primero por la gala musical que se celebra en los próximos días para recordarle y ... en segundo lugar porque él escribió, entre otras muchas cosas, de gastronomía salmantina y esta semana he presentado el libro “De las cosas del comer”. Fue en sus legendarios “Pliegos de Folklore” cuando los editaba INICE, institución para la que trabajó una larga temporada. He vuelto a ver algún ejemplar de aquellos “Pliegos” en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. Nadie se esperaba su muerte y menos en 2002, que era un año nacido para vivir y disfrutar. Fue entre sus conocidos una conmoción y la noticia tenían que repetirla varias veces para certificar que la habíamos entendido bien. Esta semana me preguntaron por él y dije que era un sabio y como todos los sabios tenía su personalidad, que yo recuerdo meticulosa. Ese afán por la perfección podía desquiciar. Y cuento cómo en una serie de programas sobre cultura sefardita en cada uno de media hora podíamos echar cuatro o cinco horas de edición. Nunca estaba conforme. Así se explica el rigor de sus investigaciones, y la calidad de sus grabaciones y ediciones. Supongo que alguien interpretará o aludirá en la gala al romance de los “Mozos de Monleón”, por el que tenía devoción. Hemos tardado mucho en recordar a Ángel –gracias, Cefe Torres—pero lo mejor que podemos hacer es seguir interesándonos por nuestra cultura tradicional. Lo que supone guardarla y sobre todo divulgarla. Algo que el Instituto de las Identidades, heredero del Centro de Cultura Tradicional, que dirigió Carril, hace mejor que bien. Mérito de su gente y su director, Juan Francisco Blanco, pero también de la Diputación de Salamanca, que debe velar por ello y ponerlo en valor. La presentación del libro fue bien: los asistentes aguantaron con paciencia mi intervención, y me pregunto si no tendría que haber llevado un hornazo para el final. En todo caso, dejé la puerta abierta para que Pilar Mayalde saque a la luz su recetario: la cultura tradicional se lo agradecerá. También le doy vueltas a qué había dicho Ángel del libro.