Borrar

TOMÉMOSLO como fábula, y no como evidencia científica. Cuenta la leyenda que si una rana es arrojada a un recipiente con agua hirviendo, saltaría de forma inmediata. Sin embargo, si esa rana estaba ya en el recipiente y de manera progresiva va aumentando la temperatura ... del agua, fallecería sin haber buscado escapatoria alguna. Al no advertir peligro, moriría por no percibir que venía cociéndose, poco a poco, desde hacía rato. Esta columna no entra a dilucidar la termorregulación de los anfibios ni cosa parecida. Quedémonos tan solo con la analogía, y veamos si es posible alguna extrapolación a nuestro estanque político.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Óscar Sánchez Alonso. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Ranas y democracia